Hace un cuarto de siglo, Ferro Carril Oeste diseñado por Carlos Timoteo Griguol ganó el torneo Nacional, invicto. Enseguida, Estudiantes de La Plata bajo la tutela -era su primer retorno como DT- de Carlos Bilardo, también fue campeón.
Al año y medio se sumó Argentinos Juniors, cuyo ciclo lo inició Angel Labruna, cesanteado por River Plate después de ganar seis títulos entre el ï75 y 1981, aunque en el ï84 fue campeón con Roberto Saporiti. Labruna falleció en setiembre delï83.
Ferro con Alberto Márcico, Estudiantes girando alrededor de la zurda de Alejandro Sabella y Argentinos Júniors inspirado en Claudio Borghi fueron excelentes equipos.
Clubes chicos bien administrados, sin grandes contrataciones y entrenadores avezados. Ese era el secreto.
En 1960, Boca y River inauguraron la era del fútbol espectáculo contratando futbolistas brasileños, uruguayos y
peruanos. Boca repatrió a Ernesto Grillo, Dante Lugo y Antonio Garabal.
También adquirió a Antonio Roma, Silvio Marzolini, al brasileño Paulo Valentím y al uruguayo Wálter Davoine.
River, a su vez, trajo al brasileño Paulinho, el peruano Juan Víctor Joya, dos caudillos de buen juego como Héctor Pederzoli y José Varacka, de Argentinos Juniors e Independiente, respectivamente.
También a los laterales, diminutos, Víctor Hugo Doval y Marcelo Etchegaray.
Los dos grandes gastaron fortunas, pero la sensación fue Argentinos Juniors con dos o tres jugadores, revelaciones, que llegaron por descarte al club de La Paternal.
Entre otros, Ricardo Ramacciotti, ex Newellïs y River; Martín Esteban Pando, ex Platense, Osvaldo Carceo, ex All Boys, además de Hugo González, ex Excursionistas. Atrás, Juan Carlos Valentino y Juan Carlos Malazzo, los dos ex River.
Aquel equipo disputó la punta hasta dos fechas antes con Independiente, que había importado uruguayos de la selección "celeste", como Alcides Silveira, Tomás Rolan y Vladas Douksas.
El mejor fútbol lo produjo Argentinos Juniors, aunque el rojo fue campeón en la última fecha. En 1961, la selección nacional se nutrió por primera vez con jugadores de La Paternal para la gira por Europa.
Cada tanto el fútbol desvirtúa el poderío económico de los grandes desde la capacidad de los chicos, inteligencia de los entrenadores, además del hambre de fama y talento de los jugadores. Duplican el esfuerzo cuando enfrente espera la gloria deportiva.
José Luis Ponsico
