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Advierten serios riesgos por el uso de pulguicidas para combatir los piojos

Advierten serios riesgos por el uso de pulguicidas para combatir los piojos
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires advirtió que el difundido uso de “pipetas” pulguicidas para dar batalla a la pediculosis puede provocar estragos en la salud.
El titular de la cartera, Claudio Mate, alertó que "esta idea equivocada está circulando de boca en boca y puede ocasionar graves consecuencias en los chicos”.

Los piojos son plaga: se estima que casi el 80 por ciento de los chicos en edad escolar se rascan la cabeza sin pausa a raíz de la pediculosis. El problema es que en el afán de erradicar al insecto y sus huevos se está difundiendo el peligroso uso de las famosas ‘pipetas’ que, en realidad, sirven para combatir las pulgas de perros y gatos, pero que si usan en la cabeza de los chicos derivan en serios cuadros de intoxicación.

“En los hospitales provinciales hemos recibido una gran cantidad de casos y lo más grave es que esta idea errónea está pasando de boca en boca, sin medir las consecuencias que puede tener en un chico el uso de una plaguicida que, en realidad, es de uso veterinario”, advirtió el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Claudio Mate.

En la mayoría de los casos las pipetas contienen una droga llamada fipronil. Los veterinarios recomiendan aplicarla en la nuca de perros y gatos en dosis que tienen un efecto que se extiende por 30 días y que colabora en la erradicación de las pulgas.

“Hasta ahora los casos que hemos visto en niños presentaron irritación local o, por suerte, los padres hicieron la consulta telefónica en forma preventiva, es decir, antes de usarlo. En su mayoría es gente de buen nivel económico y comentan que el consejo de utilizar la pipeta contra los piojos es difundido entre las madres de los chicos que van a un mismo colegio o a un mismo club, y hasta ha habido gente que dijo que se lo recomendó su veterinario, lo cual es una barbaridad”, comenta Ana María Girardelli, jefa del Servicio de Toxicología provincial que funciona en el Hospital de Niños de La Plata.

Este servicio asiste unos 1600 casos de intoxicaciones por plaguicidas. Un 70 por ciento de ellos son por agroquímicos, y más de la mitad son productos plaguicidas de uso domiciliario.

Las consecuencias del uso de pulguicidas para combatir los piojos son alarmantes y abarcan una amplia gama de síntomas: desde la pérdida de pelo en el lugar de la cabeza donde se aplica, irritación, náuseas y vómitos pasando a los más graves, en concreto, la afectación del Sistema Nervioso Central, que puede desencadenar convulsiones, irritabilidad, alteraciones del comportamiento, debilidad y desorientación. Además, los efectos tóxicos de estos productos en los chicos derivan, también, en trastornos crónicos del hígado, la glándula tiroidea y el riñón.

Qué se debe hacer

Los piojos deben buscarse, sobre todo, detrás de las orejas y en la zona posterior de la cabeza, “el mejor consejo consiste en que las mamás se tomen un rato todos los días para revisar a los chicos y, de este modo, tratar de que entre al hogar el menor número posible de estos parásitos porque, en realidad, no existen tratamientos preventivos eficaces”, explica Alicia Rositto, dermatóloga del Hospital de Niños platense.

Es bien sabido que los piojos producen una intensa picazón, pero ésta no es su peor consecuencia, ya que el rascado suele provocar microheridas en el cuero cabelludo, lo que permite el ingreso de bacterias al organismo (procedentes de la materia fecal del insecto), que pueden generar infecciones, irritación excesiva en el caso de las personas alérgicas, costras, supuración y la inflamación de los ganglios.

Lo conveniente es pasar el peine fino durante el baño diario con la ayuda de una crema de enjuague, no sólo para facilitar el deslizamiento sino también para detener la circulación del piojo y atraparlo con mayor facilidad. De todos modos, esto no sirve a la hora de desprender las liendres (que el piojo pone hasta 10 por día), por lo tanto, la especialista recomienda repetir el procedimiento, como mínimo, una vez por semana, “cuando se supone que la liendre eclosiona y nace la larva, que constituye el primer estadío de este insecto”.

Pero de nada sirve realizar los tratamientos que se ofrecen en el mercado o sacar los piojos en forma regular con el peine fino, si no se toman medidas con los objetos en los cuales el parásito puede vivir hasta 48 horas, como los peines, las colitas, las fundas de las almohadas, las sábanas, etc.

“Todas las cosas que estén en contacto con la cabeza se deben lavar y, si es posible, dejarlas fuera de la casa a una temperatura baja durante un par de noches, porque los piojos pueden vivir fuera del organismo humano sólo si se dan ciertos niveles de humedad, entre el 70 y el 90 por ciento, y una temperatura de alrededor de 30 grados”, explica Rositto.

En cuanto a los pediculicidas, Rositto recomienda consultar con el pediatra o el dermatólogo antes de optar por alguno y advierte que, en este momento, dada la resistencia que los piojos desarrollaron a los insecticidas cuando se los usa en forma frecuente, no es aconsejable efectuar tratamientos reiterados con sustancias que pueden resultar tóxicas, mucho menos si se trata de niños menores de un año, a quienes no se les debe aplicar ninguno de estos productos.

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