Nacido en Lanús el 9 de abril de 1956, Russo realizó toda su carrera como futbolista en Estudiantes de La Plata, desde 1975 hasta su retiro en 1988, y entre sus máximos logros figuran la obtención de los torneos Metropolitano de 1982 y Nacional de 1983. Como técnico de Vélez conquistó el Clausura 2005 y en Boca ganó este año la Copa Libertadores.
Russo, que también fue entrenador de Estudiantes, equipo al que llevó a obtener el ascenso a primera división cuando trabajó desde 1992 hasta 1995, posteriormente pasó por Universidad de Chile, Rosario Central (estuvo en dos ocasiones), Salamanca, (España), Morelia (México), Colón, de Santa Fe, Lanús y Los Andes.
Vestido con elegante saco blanco, camisa al tono y pantalón negro, Russo recibió a Télam en sus oficinas del complejo de Casa Amarilla.
Antes de comenzar la entrevista recibió un llamado del presidente Mauricio Macri, quién mañana podría encabezar las negociaciones para conseguir nuevamente el pase a préstamo de Juan Román Riquelme con el objetivo de que juegue para Boca el Mundial de Clubes.
"¡Qué querés que te diga de Román! Uno no puede agregar nada. Todo es subjetivo respecto de este tema", exclamó Russo cuando fue consultado por la posibilidad de tener al volante en el equipo.
Mientras apuraba un sandwich y tomaba una gaseosa saltó rápidamente al tema que lo desvela. "Boca llega bien al tramo final, teniendo en cuenta de que fue un año de mucho trajín, porque es el equipo argentino que más jugó. Entonces, tomando esos parámetros, estamos bien y esperemos seguir así".
"Todo lo que juega Boca durante el año es importante. Fuimos competitivos porque peleamos el torneo anterior con San Lorenzo hasta el último tramo, salimos campeones de América en una gran final que le ganamos al Gremio con una gran diferencia de goles, ya que fue 3 a 0 en La Bombonera y 2 a 0 en Porto Alegre", recordó.
"Y ahora estamos entre los tres primeros, que era a lo que aspirábamos cuando tomamos la conducción del equipo. Es decir que queríamos un conjunto competitivo. Vamos a ir a Japón, con el orgullo y la responsabilidad de ser el primer equipo argentino que jugará un Mundial de esta categoría", añadió.
Luego, el diálogo giró en torno a la recuperación de Boca, tras la caída ante River (2 a 0), el empate frente a Estudiantes de La Plata (1-1) y las victorias ante Racing (3 a 0 ) y Vélez (4 a 0) y al respecto Russo atribuyó el buen rendimiento a que el equipo "no perdió la calma".
"No nos volvimos locos. Sabemos lo que queremos y lo buscamos. Los objetivos son siempre muy grandes, muy amplios, y en ese camino uno tiene que saber que en algún momento uno puede tener un desnivel, pero lo importante es volver a levantarlo", acotó.
Preguntado sobre qué es lo que más le preocupa de los futuros rivales: Arsenal, Tigre y Lanús, el técnico respondió que el que más le inquieta es el equipo de Sarandí porque es el primero al que habrá que enfrentar. A todos los respetamos. Sabemos que están haciendo una muy buena campaña, como también es muy buena la performance de Huracán, que ascendió este año"
"Es un hecho importante que los equipos que ascienden como Tigre apuesten a mantenerse en primera división de entrada nomás", agregó, tras lo cual, al ser interrogado sobre qué tiene Boca Juniors para aspirar a ser el campeón del torneo Apertura, Russo respondió que "buenos jugadores".
La charla se encaminó luego hacia el pobre nivel futbolístico de Leandro Gracián, el enganche que él había pedido a los dirigentes cuando no pudo lograr que Riquelme siguiera en el club y que al comienzo tuvo un buen desempeño pero ahora perdió la titularidad, a lo que Russo dijo que "está bien, pero tiene que seguir trabajando porque es un jugador importante para Boca".
"Suceder a Román siempre a sido traumático. A Federico Insúa lo volvían loco y yo ya hablé con Gracián. El sabe lo que pienso", dijo en tono seco.
Poco afecto a hablar de sus jugadores, el técnico sin embargo respondió sin tapujos cuando se le preguntó sobre el mediocampista Ever Banega y las discrepancias que surgieron luego de perder el clásico frente a River Plate.
"Ya pasó, ya está. Pudo haber tenido una equivocación, como cualquier chico de su edad. Hablé con sus padres, como lo hago siempre con los juveniles. Lo importante es que tiene un potencial enorme y uno trata de educarlo deportivamente", cerró el tema.
Russo contó que habitualmente mira los videos del Milan y del Pachuca, recalcó que los sigue con interés y que tanto el equipo mexicano como el italiano van a tener una preparación diferente a la de Boca porque no están en instancias decisivas en los torneos de sus países.
"Pachuca quedó eliminado en el torneo mexicano y el Milan ya pasó de fase en la Champions, así que ellos sí van a poder realizar una diagramación especial de su trabajo y nosotros no. Sin embargo, viajaremos a Japón con las mejores expectativas, sabiendo que vamos a jugar el torneo más importante a nivel mundial de clubes y con el orgullo de ser el primer equipo argentino que participa en este campeonato", enfatizó.
"Supongo que el primer rival será el Pachuca (tiene que definir la serie con el Etoile Du Sahel, de Túnez) y después habrá que estar preparado para enfrentar al Milan, siempre respetando a los dos", comentó.
Finalmente dijo que la preparación para el Mundial de Clubes se basará fundamentalmente "en la forma de adaptarse al cambio de horario (hay doce horas de diferencia entre Argentina y Japón), ya que en el aspecto futbolístico Boca irá palo y palo hasta el final del Apertura e inmediatamente habrá que subirse al avión para jugar el Mundial. Pero esto es Boca y hay que afrontarlo". (Télam, por Jorge González).
