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Hoy se define quien deja la Casa de Gran Hermano Famosos

Hoy se define quien deja la Casa de Gran Hermano Famosos
En una casa plagada de líderes la competencia se puso muy dura. Expulsado el pez más gordo ahora el juego se define entre dos personajes muy fuertes: Robertino y Diego. La opción de votar a Lissa es la menos pensada.
Una semana marcada por la expulsión del Roña Castro, personaje del que se esperaba que llegue al final del juego, todo cobra mayor importancia. Con su “caída” se abrieron expectativas para los hombres que se disputan hoy con más entusiasmo el puesto de ganadores.

Robertino ahora dice que se quiere quedar hasta el final pero al mismo tiempo mantiene su perfil de “no me importa nada” y así continúa fortaleciéndose como jugador. Se lo ve más serio y concentrado en el juego porque sabe que su expulsión es muy posible.

Mientras tanto, para Diego, ésta es su gran oportunidad de consagrarse y decidió jugarse el “todo” o “nada”. El ex presidiario, luego de confesar que le había hecho la espontánea al boxeador, se dio cuenta de que no puede contar con la bendición de sus compañeros. Es por eso que siendo fiel a su necesidad de sentirse superior a los demás decidió auto nominarse ganando dos cosas: conservar su fuerza al sentir que está nominado por su propia decisión y en caso de que la gente permita que se quede se aseguraría la victoria del final. Su contrincante es muy fuerte y también corre el riesgo de perder por pocos votos.


La nominación de Lissa ante dos personajes tan fuertes quedaría de lado ya que, al no tener tanto protagonismo ni generar conflictos, el público no la vería como posible expulsada. Durante la semana vivió su crisis más grande.


Otro momento que marcó la semana fue el acercamiento entre Carlos y Lissa cuando, debajo de las sábanas, se permitieron “palparse de armas” y gozar muy cerca del límite permitido por ellos.


Los otros personajes se mantuvieron “estables” sin mayores modificaciones en su estrategia. Fernanda, continúa siendo la más fuerte y sin hacerse cargo de ello se mantiene confiada y tranquila. Jacqueline siempre dubitativa y temerosa mantiene su juego que hasta ahora le resultó muy productivo. Hay que destacar que, con el tiempo, comenzó a expresarse un poco más y demostrar enojo por situaciones muy cotidianas. Quizás al acercarse el final saque alguna “garra” escondida por allí, hay que ver.

El que se mostró como el mejor jugador durante la semana fue Carlos Nair que, con un perfil muy bajo, va generando en los demás lo que pretende. Ya desestabilizó a Diego al hacerle creer que todos lo iban a votar y generó expectativas a fuera al decir abiertamente que votará al ex presidiario estando en riesgo de incurrir en el voto cantado. También intentó seducir a Lissa para ganarse su apoyo y el acercamiento a los simpatizantes de Diego.

Los días se pasaron más rápido con la practica de algunos ejercicios que les propuso Gran Hermano. Se los vio durante la semana realizar el ejercicio de la silla en el que debieron hacer de cuenta que hablaban con personas cercanas a ellos en donde se emocionaron mucho. Otro ejercicio propuesto fue cuando concentrados, con los ojos cerrados y en silencio expresaron lo que sentían en esta instancia del juego. También ocuparon su tiempo los ensayos de la prueba semanal en al que deben realizar un capítulo del “Chavo del 8” y que se verá en los próximos días.

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