Un local a la calle -donde por supuesto el vino es el personaje excluyente- con abundante madera en el interior, un piano, vitrinas con sacacorchos y remeras de la entidad, y un salón de reuniones. El lugar promete ser un verdadero territorio de placer, donde se combinarán la gastronomía, el vino, el arte y el espectáculo a través de actividades como ciclos, cursos, exposiciones y, demás está decirlo, degustaciones de todo tipo.
Un párrafo aparte merece la infaltable cava en el subsuelo del local, donde los enófilos podrán guardar, para la ocasión que crean conveniente, sus preciadas botellas de buen vino, las de colección, las exclusivas, las de mejores cepas, en fin, las que son para descorchar en un momento único e inolvidable.
La Sociedad de Honorables Enófilos fue fundada hace una década en Rosario – lugar de origen de los pioneros de la industria vitivinícola argentina- por un grupo de artistas, periodistas y empresarios interesados en el vino y su cultura.
Toto, también oriundo de Rosarino, contó que la idea de instalarse en San Isidro nació de la gran cantidad de enófilos de la zona norte que se contactaban al club a través de la página de Internet de la entidad: http://www.enofilos.com.ar
Otro enófilo que regenteará la sede San Isidro es el mexicano Andrés Aguiar Meugniot. Aunque el país azteca no tiene gran consumo de vinos ni cultura enófila el empresario recordó que fue en México donde se iniciaron los primeros cultivos de vid en América. Además, Meuogniot contó que su acercamiento al mundo de los vinos fue a través de su padre, un hombre que siempre supo guardar en casa una botella de buena cepa para compartir en el momento preciso.
La Sociedad de Honorables Enófilos ya tiene una agenda con actividades para Mayo. El miércoles 30, a partir de las 19, presentará una degustación de vinos Amalia, y el jueves 31, desde la misma hora, una degustación exclusiva para mujeres bautizada, cariñosamente claro, Noche de Brujas.
Gustavo Camps
Especial para elcomercioonline.com.ar
