papa Benedicto XVI otorgó el viernes a Brasil su primer santo nativo, fray Antonio de Sant'Anna Galvao, a quien proclamó ejemplo de vida ante los desafíos que enfrenta la Iglesia católica en toda Latinoamérica, y luego estrechó en un abrazo a la beneficiada con el milagro que cimentó el proceso de santificación.
Benedicto, que lucía el traje litúrgico solemne, abrazó a Sandra Gossi de Almeida y a su hijito Enzo, de ocho años, en una plataforma instalada en la explanada del aeropuerto Campo de Marte. Se acredita a un milagro de fray Galvao que la mujer haya dado a luz a Enzo en 1999 pese a que una malformación congénita del útero le impedía albergar a un bebé por más de cuatro meses.
Una multitud que osciló entre cientos de miles de personas y un millón y medio, según la televisión brasileña, presenció la proclamación en una mañana radiante de sol con la entonación litúrgica de 50 coros con más de mil voces.
"Esta canonización es histórica para nosotros", comentó Herminia Fernandes, una brasileña de 34 años visiblemente emocionada. "Este Papa visita Brasil por primera vez y a la vez nos está dando un santo, es una bendición".
