A juicio de estas entidades, las condiciones de seguridad son adecuadas y llevar tranquilidad a la gente de que no estamos ante ninguna inminente de catástrofe, como a veces se insiste en decir. No hay que negar la necesidad de modernización del equipamiento, pero no hay que entrar en una prédica apocalíptica", sentenció.
Salió al cruce, de esta forma, del alerta mundial lanzada por la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (Ifalpa, por sus siglas en inglés) sobre los riesgos de volar en la Argentina.
Sin embargo, Garré reconoció que la OACI advirtió sobre "la necesidad de una mayor disciplina debido a que hay controladores con opiniones encontradas, entre los que creen que el sistema está funcionando bien con el radar y los que creen que hay mantener el control manual".
Durante una conferencia de prensa brindada en la Casa Rosada, Garré también destacó que es inminente la llegada de un radar secundario, en condición de préstamo por parte del gobierno español, y ratificó que de aquí a fin de año se incorporarán otros cuatro radares a los cinco existentes.
Asimismo, la ministra anticipó que para fin de año va a haber nueve radares y afirmó que "el Gobierno ha puesto una decidida voluntad para duplicar prácticamente la cantidad de radares en uso en este año 2007".
Garré destacó que hacia el 2009 se prevé contar con un total de 16 radares para asegurar la seguridad aérea del país.
Aunque se admiten inconvenientes por el "desfinanciamiento del sector durante varios años", en el Poder Ejecutivo Nacional relacionan las denuncias y los alertas lanzados desde algunos sectores a la transferencia del control aéreo nacional desde la Fuerza Aérea a manos privadas.
Calificadas fuentes oficiales advirtieron que son consecuencia de las "luchas de poder" para ver quién ocupará el lugar que dejará vacante la Fuerza Aérea en el Comando de Regiones Aéreas, desde entre otras cosas- se maneja un elevado presupuesto.
