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Por primera vez Carrascosa llora en el juicio oral

Por primera vez Carrascosa llora en el juicio oral
Carlos Carrascosa, que es juzgado por el homicidio de su esposa, María Marta García Belsunce, lloró hoy por primera vez en el juicio oral que se le sigue, luego de que un testigo elogiara a la socióloga por la ayuda que prestaba a un comedor de niños pobres de la localidad bonaerense de Pilar.
A dos meses de iniciado el proceso, que ya insumió 25 audiencias, el viudo dejó de lado su habitual parquedad, comenzó a lagrimear en público, se sacó los anteojos y con un pañuelo que le pidió a uno de sus abogados se secó los ojos, tras lo cual tomó un vaso de agua.

Todo sucedió durante la declaración ante el Tribunal Oral Criminal 6 de San Isidro de Roberto Effling, que durante siete años atendió el comedor comunitario "Niños Alegres" de Pilar y conoció a la víctima porque ella llevaba una o dos veces por semana mercaderías, ropa y medicamentos para 170 niños.

Cuando le preguntaron cómo se enteró de la muerte de la socióloga, el testigo, apodado "Tito", recordó que le avisó otra mujer que colaboraba en el comedor y ahí comenzó a sollozar y dijo: "Para mí, primero estaba mi madre, después mi mujer y después María Marta"

En ese momento, Carrascosa miró a hombre y comenzó a lagrimear, al igual que otros familiares y amigos de la víctima que se encontraban en la sala, mientras que el fiscal Diego Molina Pico, que bautizó al viudo "amianto" porque "no se calienta con
nada", se quedó atónito.

Sobre María Marta, el testigo recordó que se preocupaba de que los niños tuvieran para comer, relató que en una oportunidad dos chicos del comedor fueron baleados y ella se encargó de comprarles medicamentos y que tras su muerte le pusieron "Club Deportivo y Cultural María Marta" a un espacio del barrio.

Una vez que "Tito" se recompuso, fue consultado sobre el punto principal por el que había sido citado a declarar: si él recibió en su comedor ropa que había pertenecido a María Marta y que sus familiares le habían donado.

Es que una camisa que ayer dos mucamas reconocieron que estaba manchada de sangre dentro de un mueble del baño de la casa de Carrascosa, fue lavada y luego enviada al comedor, porque la familia -según la fiscalía- quería deshacerse de esas prendas, que podían tenían rastros del asesinato.

El testigo relató que alguien que no recordaba lo llamó por teléfono para avisarle que la familia de María Marta le iba a enviar ropa y que una vez que fue recibida, un grupo de chicas que trabajan con él se encargó de repartirla entre gente careciente.

"Al tiempo, me llamó Irene Hurtig y me dijo que el fiscal Molina Pico le estaba pidiendo una camisa con forma de corazón porque parece que María Marta la usó el día que la mataron. Empecé a averiguar quién la podía tener y una señora me la trajo", contó Effling.

Agregó que cuando le avisó a Irene que había hallado la prenda, ésta le envió un remís para recogerla y luego él reconoció la camisa en la fiscalía cuando fue a declarar por primera vez en la causa.

Por la donación de las prendas, también declaró Enrique Tacchetti, un remisero de confianza de Guillermo Bártoli, esposo de Irene, quien dijo que en varias ocasiones llevó "cajas y bolsas" al comedor, pero no pudo precisar si llevó ropa, por lo que su testimonio duró menos de cinco minutos.

Otro tramo de los interrogatorios giró sobre la figura de Irene, luego de que Effling contara que en una oportunidad, después de declarar en la fiscalía, tres hombres que se le acercaron en un auto y le ofrecieron dinero si implicaba a la hermanastra de María Marta en la causa.

"Yo les respondí que no me involucraba en esas cosas y nunca más los vi", aseguró "Tito", quien minutos antes había señalado que siempre andaban por su casa "autos del programa de Mauro Viale".

Por ese episodio, a pedido de Irene, Effling y la hermanastra fueron a una escribanía donde se labró un acta de lo que había sucedido.

Irene no está imputada en la causa, pero durante el juicio oral el fiscal la ubicó en la escena del crimen en base a la declaración de un vigilador y sostuvo que la mujer "estaba en el lugar de los hechos a la hora de los hechos".

Hoy, Effling se encargó de remarcar que Irene continuó con la tarea de su hermanastra en el comedor y que en una ocasión le prestó unos mil dólares que él necesitaba para viajar porque había muerto su suegro.

Otro testigo que fue interrogado es el jardinero Fabricio Courreges, quien confirmó que colaboró con las mucamas Mirta Molina y Ema Benítez para limpiar la casa del country tras el velorio.

Courreges, que aún trabaja para Carrascosa y se presentó como "parquista", recordó que ayudó a retirar el colchón del dormitorio en el que había sido velada la víctima, ya que tenía una mancha de sangre a la altura de la cabecera, y que Benítez "lo cepilló" en la terraza de la casa.

También dijo que Molina le mostró una prenda que había lavado en el lavarropas y le dijo que "estaba toda manchada de sangre".

Ayer, las dos mucamas reconocieron que tiraron toallas, sábanas y una almohada ensangrentadas, que lavaron ropa con sangre que hallaron en el baño donde fue asesinada María Marta y que limpiaron todas las manchas de sangre del baño y la habitación de la víctima.

Esto impidió la recolección de pruebas que pudieron haber sido vitales para esclarecer el crimen. (Télam).

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