En un fallo unánime, los jueces María Coelho, Federico Ecke y Mónica Tisato ordenaron la detención inmediata del ahora condenado, a quien también le aplicaron la pena de 10 años de inhabilitación para conducir automotores.
Tras la lectura del fallo, el abogado de Perrone, Claudio Mazaira, dijo estar satisfecho con la sentencia, a pesar de que en su alegato, al igual que el fiscal de juicio Franco Servidio, habían solicitado una pena de cinco años de prisión.
Al retirarse de los Tribunales, ubicados en Centenario 456 de San Isidro, la madre de Kevin agradeció a todos los testigos que declararon a lo largo del proceso, que permitieron identificar a Sukiassian como el automovlista que había atropellado a su hijo.
El hecho ventilado en el juicio ocurrió el 1 de mayo de 2002 cuando Kevin, de 14 años, salió junto a amigos de un local bailable ubicado frente a la Quinta Presidencial de Olivos, en el
partido de Vicente López.
A raíz de lo sucedido, Kevin sufrió graves heridas y fue trasladado a un sanatorio privado donde estuvo internado hasta que finalmente murió el 8 de mayo de 2002.
Tras la muerte de su hijo, Perrone fue una de las fundadoras de "Madres del Dolor", una entidad que, entre otras actividades, brinda asistencia y contención a víctimas y familiares de hechos de violencia.
