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Ex jefe policial dijo que si la madre de Candela hubiese contado "toda la verdad" podrían haber salvado a la víctima

Un jefe policial declaró hoy en el juicio por el crimen de Candela Sol Rodríguez, cometido en 2011 en el partido bonaerense de Hurlingham, que si la madre de ésta hubiese contado “toda la verdad” sobre la detención del padre de la niña los investigadores podrían haber encontrado a la víctima con vida.
“Si Carola Labrador hubiera contado toda la verdad sobre que el padre de la niña estaba preso, eso hubiera facilitado la búsqueda y hasta la podríamos haber encontrado con vida y no perder tiempo”, dijo el comisario inspector retirado Jorge Daniel Gigena, quien al momento del hecho estaba a cargo de la Jefatura Distrital de dicho partido de la zona oeste del conurbano.

En su declaración testimonial de esta mañana ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón, Gigena afirmó que “la mamá de la nena nunca dijo que el papá (por Juan Carlos Rodríguez) estaba preso” y agregó: “Creo que eso nos jugó en contra después porque la mujer salió en todos los medios de comunicación y se transformó en un caso muy mediático.”

Consultado por el fiscal del juicio por el caso, Mario Ferrario, respecto de si Candela llevaba consigo un celular al momento de desaparecer y si existían la posibilidad de que luego llamó a su familia para pedir auxilio, el ex jefe policial “sabía” que la niña tenía un telefóno móvil pero no que con ese aparato se haya comunicado con su madre u otros parientes.

“Todos los rastrillajes de búsqueda de la nena desde la hora cero estuvieron a mi cargo y nunca me enteré que alguna autoridad de mayor jerarquía ni judicial se hubiera comunicado con el papá de la nena en la cárcel”, indicó Gigena y señaló que luego “todo quedó al mando del ex jefe de Policía Hugo Matzkin y el fiscal Ferrario”.

En tanto, para hoy estaba prevista la declaración del narcotraficante Miguel “Mameluco” Villalba, quien cumple una condena a 23 años de prisión por haber liderado una banda narco en San Martín, pero no compareció ante los jueces Mario Bonano, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo Rivera.

Los fiscales Ferrario y Pablo Galarza querían interrogarlo sobre su relación con el padre de Candela en los meses previos al crimen de la niña, en otras cuestiones.

A su vez, los instructores judiciales prefirieron no presentar aun como prueba un audio que supuestamente comprueba que Candela se comunicó con su familia mientras estaba desaparecida hasta tanto no declaren otros testigos citados para referirse al mismo.

Por su parte, la propia Labrador negó ayer a Télam que su hija haya llamado a la familia y aseguró el audio es una maniobra de Ferrario para “encubrir al anterior fiscal del caso, Marcelo Tavolaro, porque hizo un mal trabajo”.

Para la madre de Candela es “todo un circo” porque faltan más responsables en el banquillo de los acusados además de los tres que están siendo juzgados actualmente: Leonardo Jara (37), Hugo Bermúdez (56) y Fabián Gómez (45).

Candela (11) fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011, en la localidad de Villa Tesei, partido de Hurlingham -donde residía-, cuando esperaba a unas amigas para ir a la reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía.

Los investigadores creen que la nena estuvo secuestrada en dos lugares distintos y nueve días después apareció asfixiada dentro de una bolsa, a 30 cuadras de su casa, a pocos metros de la colectora del Acceso Oeste.

Como móvil del homicidio y cuando elevó la causa a juicio, el fiscal señaló una venganza contra el padre de Candela, por parte de una banda de piratas del asfalto, una hipótesis que se manejó desde el comienzo de la causa.

Durante la instrucción del expediente, el fiscal le atribuyó a Jara haber realizado una llamada intimidatoria que la tía de la niña recibió el 28 de agosto, tres días antes del hallazgo del cadáver de Candela.

Respecto de Bermúdez, se considera que hay elementos para probar que facilitó el ingreso de Candela a la segunda casa donde estuvo cautiva antes de ser asesinada, ubicada en Cellini 4085, también en Villa Tesei.

Durante la pesquisa, se estableció que la niña había estado previamente en otro domicilio, situado en la calle Kiernan 992 de la misma localidad.

En el caso de Gómez, se lo acusa de realizar tareas de “inteligencia” en la puerta de esta última casa cuando Candela estuvo retenida allí contra su voluntad y alternar distintos roles con Jara y Bermúdez.

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