La Ley 25.965 establece varias exigencias en relación a los requisitos necesarios para circular de forma segura, señalando la obligatoriedad de tener espejos retrovisores en ambos lados, bocina o timbre, guardabarros sobre ambas ruedas y luces, así como también que el conductor lleve puesto un casco protector, ropa preferentemente de colores claros y señalización reflectiva.
De acuerdo con el relevamiento, el 72 por ciento no dispone de un equipamiento de luces.
Asimismo, un 62 por ciento no cuenta con guardabarros y más del 58 por ciento no usa ropa reflectiva, indumentaria necesaria para poder ser visto fácilmente por el resto del tránsito.
Por otro lado, un 21 por ciento transita escuchando música o usando el celular, lo que produce distracciones e imposibilidad de detectar potenciales peligros.
Además, el informe indicó que el 85 por ciento no posee espejos retrovisores, mientras que un 78 por ciento no cuenta con bocina.
Otro dato es que se registraron 1.850 infracciones por comportamientos riesgosos como no transitar por la derecha en calles o ciclovías, cruzar en rojo, circular en contramano y no respetar a los peatones.
“Es importante que ciclistas, comerciantes y fabricantes tomen conciencia de la importancia de estas normas, debido a que la bicicleta es el vehículo más débil en la vía pública, y por tal motivo, sus conductores están más expuestos a un gran riesgo. Por otro lado, el uso de este tipo de vehículo se ha convertido en una de las principales alternativas de movilidad sustentable en las grandes ciudades del mundo, ya que no produce contaminación sonora ni atmosférica”, señaló el jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de FIA para Latinoamérica, Pablo Azorin.
Otro indicador significativo es que casi el 50 por ciento de los ciclistas se encuentran dentro del rango etario entre los 19 y los 35 años, lo que demuestra una tendencia generacional en favor de una movilidad más ecológica.
En cuanto a las ciudades de Latinoamérica con mayor presencia de bicicletas, se destacan Bogotá, Buenos Aires, Río de Janeiro y Santiago de Chile.
En estos lugares, el uso de las bicicletas comienza a tomar cada vez más protagonismo como medio de transporte, resultando un modelo para que las ciudades sean más amigables y modernas.
“La bicicleta se ha convertido en un medio de transporte ágil y económico, que aumenta la calidad de vida de los usuarios, ya que mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular, reduce el colesterol y es un buen ejercicio aeróbico. Por tal motivo, es necesario continuar desarrollando la infraestructura de ciclovías para afianzar su uso como una alternativa de traslado” sostuvo Azorin.
El informe resultó de un muestreo de 4.979 ciclistas que circulan por la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe, Salta y San Juan.
