Los policías detenidos son los oficiales Alexis Eva, Carolina Guevara y Ezequiel Giuglietti, el sargento César Carrizo y el teniente primero Juan Rodas.
Para Mastocchio los uniformados “no hicieron todo lo posible” para salvar de morir asfixiados a los presos durante el trágico episodio.
El hecho se produjo el pasado 2 de marzo cuando presuntamente por una pelea entre dos presos todo derivó en una requisa y una posterior protesta que dio lugar a una quema de colchones.
Al lugar acudieron bomberos, que sofocaron las llamas y encontraron los cuerpos de los presos identificados como Sergio Filiberto, Federico Perrota, Alan Córdoba, Franco Pizarro, Jhon Mario Chillito Claros (de nacionalidad colombiana), Juan Carlos Cabrera y Fernando Emanuel Latorre.
El fiscal realizó una inspección ocular en los calabozos de la comisaría y se entrevistó con los familiares de las víctimas, a quienes les pidió que guarden las pruebas que tenían en sus teléfonos celulares, enviados por los mismos reclusos desde la seccional.
Mastorchio explicó que iba a tomar declaración a los uniformados de la Policía Bonaerense que estaban el día del hecho y también detalló que iba a tratar de “determinar por qué los presos tenían teléfonos celulares en las celdas”.
El fiscal había confirmado que a partir del enfrentamiento ocurrido entre dos de los detenidos, “los policías volvieron a encerrarlos en la celda y en señal de protesta, porque querían salir y deambular nuevamente por los pasillos, empezaron a incendiar los colchones”.