Dos de los hombres se bajaron y de un certero mazazo rompieron el vidrio, mientras personal bancario estaba cargando en los cajeros automáticos los cartuchos con dinero.
Entraron, robaron y salieron con 750 mil pesos en 30 segundos, mientras los tres cómplices que quedaron de campana con el automóvil preparado para escapar, realizaron varios disparos para amedrentar a un par de policías locales que estaban en la esquina, las marcas de los disparos quedaron reflejadas en las paredes y en la vidriera de un comercio.
Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad del banco. Incluso cuando uno de los ladrones tuvo que volver sobre sus pasos porque algo se le había caído.
El grupo comando desapareció, sin dejar rastros.