Grassi fue acusado por el artículo 263 del Código Penal que prevé penas de dos a diez años de prisión.
En 2002 cuando el cura se vio envuelto en denuncias por abuso sexual, por las cuales ahora está detenido tras ser condenado a 15 años de prisión, se mudó a la casa quinta de 7.200 metros cuadrados a la que llaman “La Blanquita”, ubicada en la localidad de Hurlingham, frente a la Fundación Felices los Niños.
El dueño de la casa quinta, Alberto Mirenda, denunció una deuda por la falta de pago de varios meses de alquiler, y eso dio origen a esta causa, donde se sospechaba la utilización de fondos de la Fundación Felices los Niños.
La condena llega luego de que el mismo tribunal, integrado por Diego Bonnano, Raquel Lafourcade y Mariela Susana Moralejo Rivera, rechazara un planteo de probation, la realización de tareas comunitarias, a cambio de evitar el debate oral y público, propuesto por Grassi.
Grassi está detenido al haber recibido una condena de 15 años de prisión por “abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada”.
El cura también tiene otra causa a partir de un informe realizado por el programa “Periodismo Para Todos (PPT)” en la que se detectó el desvío de bienes y alimentos, que eran parte de las donaciones que recibía la Fundación Felices los Niños, hacia la Unidad 41 de Campana, donde Grassi purga la pena por abuso sexual.