“Empecé a estudiar en 1973 en la Universidad de La Plata y todos los días iba en tren, porque no tenía dinero para ir en el transporte Río de la Plata”, sostuvo en declaraciones al programa “Animales Sueltos” que se emite por América.
Además de vivir en una villa miseria, el doctor contó una anécdota que casi le genera tener que dejar sus estudios, cuando se incendió toda la villa en la que vivía.
“Cuando se incendió la villa, me metía a mi casa a rescatar mis cuatro libros de anatomía, con los que seguí estudiando. Entré mientras mi mamá me pedía que no fuera, pero perderlos iba a ser complicado porque eran muy caros”, detalló.
Además, prosiguió: “Después tuvimos que ir a vivir a una sociedad de fomento hasta que pudimos volver”.
“Cuando me recibí a los 24 años, ya en la Universidad de Buenos Aires, mi padre me dijo: 'Nunca dejes de atender a un pobre que vaya a atenderse a tu consultorio'. Y así fue desde siempre”, remarcó.
Por otra parte, confesó que “todos estos días” en los que no fue al hospital a trabajar extraña “mucho” a sus pacientes y agregó: “Siempre traté de darle amor a mis pacientes y traté de atenderlos de esa manera”.
“Igual, no vale la pena lo que digo, eso se puede averiguar en donde trabajo hace 35 años, que es en el municipio de San Isidro”, indicó.
