Además, afirmó que “la tarea de actualización en el valor de los inmuebles del territorio bonaerense que nuestro organismo realiza en conjunto con los municipios no significa necesariamente un aumento del Impuesto Inmobiliario Urbano”.
El responsable del área de Servicios de ARBA precisó que explicó que “si bien este trabajo sirve como base de cálculo, lo concreto es que el valor del impuesto depende de la política tributaria que defina el Ejecutivo y luego sea puesta a consideración de la Legislatura mediante la Ley Impositiva. Es decir que no existe una relación automática ni directa entre la actualización de los valores de las propiedades y una variación impositiva que, en todo caso, responde a una decisión posterior”.
En cuanto al impacto que una actualización de los valores inmobiliarios podría generar en las tasas municipales, Brusa hizo hincapié en que “son los propios municipios quienes resuelven si utilizan o no las valuaciones de ARBA como base de cálculo y, al mismo tiempo, también son ellos quienes deciden qué política tributaria adoptar dentro de sus distritos”.
El último revalúo urbano se realizó en 2005 y se aplicó finalmente en 2007, por eso para mantenerse dentro de los plazos legales la Provincia debe realizar la actualización antes del inicio de 2017. Al respecto, Brusa recordó que “la labor de actualización es importante para determinar el valor patrimonial de la Provincia y su distribución territorial, así como también su aplicación con fines estadísticos”.