El robo fue cometido cuando la sucursal bancaria acababa de cerrar sus puertas y sólo alrededor de diez clientes permanecían en su interior.
Los delincuentes, que utilizaban uniformes similares a los de la Policía y chalecos antibalas, ingresaron por la calle Magnolia, rompieron el vidrio blindex de un culatazo y redujeron a un vigilador para que no accionara la alarma, informó el sitio de Pilar Diario.
Enseguida, los ladrones tomaron el control de la situación y amenazaron a empleados y ocasionales clientes que se encontraban en el lugar.
Los delincuentes, que habían llegado al banco a bordo de un automóvil Volkswagen Passat que habían dejado en la puerta de la sucursal, sorprendieron a un empleado que iba a recargar los cajeros automáticos y sustrajeron varias sacas de dinero.
Se estima que entre ese dinero y el de las cajas de atención al público los asaltantes se llevaron unos 200 mil pesos, según dejaron trascender fuentes policiales.
Los asaltantes, una vez con el dinero, se alejaron del lugar a bordo del mismo Passat en el que habían llegado.
El auto abandonado en una calle interna situada a unos 200 metros del banco, por lo que se estima que lograron completar la fuga en un segundo vehículo y por el momento se mantenían prófugos.
Los investigadores del caso comenzaron a analizar las imágenes tomadas por cámaras de seguridad con el fin de intentar la identificación de los delincuente.
La misma sucursal bancaria había sido asaltada el 20 de julio de 2012, eh menos de dos minutos, por la llamada "banda del cronómetro".
Tras ese atraco, uno de los delincuentes fue detenido a las pocas horas en el partido de Vicente López, mientras que varios meses más tarde cayó el líder de la banda que ganó notoriedad por sus ajustados movimientos al ritmo de un cronómetro.