María Lorenza Barrenechea padecía de un delicado estado de salud, con problemas de movilidad y de visión, que ya en 2009 le había impedido asistir a los funerales de su esposo, que fue presidente entre los años 1983 y 1989.
Durante sus años como Primera Dama, la esposa del caudillo radical mantuvo un bajo perfil, que alimentó versiones sobre su escasa adaptación a ese rol.
Había nacido en Chascomús, al igual que su esposo, al que conoció en la década del 40 cuando iniciaba sus estudios de abogacía.
Fruto del matrimonio, nacieron Raúl Felipe, Ana María, Ricardo, Marcela, María Inés y Javier Ignacio.