Caputo y Quintana partieron anoche hacia Nueva York y además de encarar el tema de los holdouts buscarían cerrar las líneas de financiamiento negociadas con bancos de inversión a cambio de bonos garantizados del Banco Central.
En un comunicado oficial, Pollack destacó que el encuentro fue “constructivo” y que las autoridades argentinas se comprometieron a volver a Nueva York en la segunda semana de enero para iniciar “conversaciones sustantivas” con los holdouts.
La Argentina debe negociar con los acreedores una deuda de unos 10 mil millones de dólares, producto de distintos fallos de Griesa.
La sentencia original fue de 1.330 millones de dólares, a la que se sumaron los denominados “me too” por unos 6 mil millones; a ambos fallos se les debe sumar los intereses.
Ante los incumplimientos Griesa declaró a la Argentina en desacato y mantiene bloqueada todos los pagos de deuda reestructurada.
La Argentina debe solucionar este conflicto para lograr que Griesa levante las restricciones y de esta forma tener vía libre para buscar nuevos canales de financiamiento en los mercados de créditos internacionales.
Griesa aún tiene pendiente una resolución sobre el pedido de los holdouts para que añada a los bloqueos vigentes al BONAR 24 porque la consideran una colocación externa.
Pese a esta situación, Griesa siempre buscó que la Argentina y los holdouts alcancen una solución a la controversia por la vía de la negociación.
La actual administración tendrá que tener en cuenta que además de acordar con los holdouts es probable que deba presentar una ley en el Congreso para suspender la vigencia de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano que le impedían al país mejorar las ofertas hacia los holdouts.
