Respecto del presunto emisario que dijo haber recibido en 1997 cuando estaba detenido en la cárcel de Caseros, sostuvo que el mismo le ofreció quedar en libertad y la suma de un millón de dólares y que el único dato del presunto agente de inteligencia fue que se identificó como “Julio”.
Al ser consultado si relacionaba ese hecho con Galeano respondió: “Sin dudas”.
A su vez, aclaró que rechazó la oferta que contemplaba la reducción de pena mediante un cambio de calificación, al argumentar que desconocía el destino que se le iba a dar a la Trafic usada para el atentado.
En una nueva audiencia del juicio por encubrimiento de la causa AMIA, Ribelli apuntó a los informes que la agencia de inteligencia norteamericana brindó a lo largo de la causa iniciada a partir del atentado cometido el 18 de julio de 1994, y en los que se consideraba inverosímil que una organización terrorista hubiera recurrido a policías para cometer el ataque.
“No es posible, no tiene asidero”, señaló Ribelli, quien estuvo detenido durante 8 años y 3 meses, a disposición del juez Galeano, acusado de haber formado parte de la banda de policías corruptos que entregó la camioneta a terroristas presuntamente iraníes.
Al respecto, sostuvo que el informe (cuyo contenido está incorporado a la causa) señala que los servicios de inteligencia internacionales “no tenían dudas que la conexión local de los policías no tenía nada que ver”.
A su turno el exsubcomisario de la bonaerense Anastasio Ireneo Leal acusó a Galeano de “caradura y mentiroso” y reiteró que fue víctima de un ardid del exmagistrado mediante el pago de 400 mil dólares al reducidor de autos robados Carlos Alberto Telleldín, junto a otros miembros de las Brigadas de esa fuerza.
Leal habló en su testimonio de “pruebas armada” y en ese sentido hizo referencia a una identificación de fotografías a la que fue sometido Telleldín.
En ese marco, éste no lo habría reconocido, pese a la insistencia del exjuez que le habría señalado cuál era Leal, para involucrarlo.
También, hizo referencia a una carta en la que denunciaba la presunta maniobra, enviada a la Comisión Bicameral de Seguimiento del Atentado a la AMIA, que nunca recibió respuesta.
“Nadie se preocupo por hablar con Leal, en ese momento la comisión bicameral lo apoyaba a Galeano, pensaba que la comisión bicameral era otra cosa, que la justicia era otra cosa”, se lamentó Leal, quien recordó: “En el juzgado no teníamos derecho a nada, ni la mano me daba a mi el juez Galeano”. (NA)