“Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el CELAM y también quiero decirlo. Al igual que San Juan Pablo II pido que la Iglesia se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos”, dijo.
Francisco aprovechó el encuentro con los movimientos de base y populares de todo el mundo, reunidos en un evento en Santa Cruz, para pronunciar ese pedido formal de perdón tan importante para la historia de su propio continente y en particular de Bolivia, con una mayoría absoluta de población indígena.
A esos “poetas del cambio”, como llamó a los hurgadores, gente de barriadas pobres, recicladores y campesinos sin tierra, presentes en la reunión, instó a un cambio que provenga desde la base frente a una situación económico-social que resulta cada vez más insoportable en el mundo. (AFP-NA)