El desafío, más allá de la complejidad de la coreo, no era sencillo. Si bien podían ensayar todas las veces que quisieran, la chance de usar el televisor y el video como guía solamente valía si estaban todos juntos. Los pasos de baile, además, debían tratar de ser idénticos a los del famoso grupo de la década de los 90.
Y pese a que durante los ensayos se vieron algunos intercambios de opiniones poco amigables, los chicos ganaron la prueba en la que apenas habían apostado el 30% del presupuesto. Un jurado de notables compuesto por Reina Reech, Valeria Archimó y Diego Ramos fue quien finalmente los calificó con el pulgar para arriba.