Los voceros dijeron que el cabecilla “vivía una vida a todo lujo en un coqueto edificio de la ciudad de Buenos Aires” -donde también tendría departamento algún famoso- y que la banda está sospechada de “cometer no menos de veinte hechos delictivos en los últimos seis meses”.
El Ministerio de Seguridad bonaerense, que conduce Alejandro Granados, distribuyó videos de los operativos y audios de las escuchas telefónicas a los imputados.
En esas conversaciones, incluso con un delincuente detenido en una cárcel, uno de los acusados cuenta los resultados de algunos robos y que en uno de ellos se habían “olvidado siete mil pesos” arriba de una mesa.
También se escucha un diálogo entre uno de los delincuentes y su novia. Cuando la mujer le hace unos reproches el maleante responde con una amenaza de muerte.
Efectivos de la Departamental San Martín, del Grupo Halcón y de otras reparticiones concretaron las detenciones y secuestraron cuatro armas de fuego -entre ellas una escopeta recortada-, municiones, celulares y elementos robados a las víctimas.
Además, los policías se incautaron de objetos usados para romper las rejas de las casas, precintos y esposas para reducir a las familias.
La investigación comenzó en el verano con seguimientos, escuchas telefónicas y aportes de testigos y de las víctimas.
Las fuentes destacaron que “todos los detenidos son mayores y con numerosos antecedentes, y en el verano aprovechaban las casas de las familias que se encontraban de vacaciones para desvalijarlas”.
Añadieron que “después se dedicaron a concretar entraderas en las zonas norte y noroeste del Gran Buenos Aires. Tenemos prácticamente certificados 20 hechos, pero hay muchos más en donde intentaron concretar el robo y no pudieron por diferentes causas”.
En total hubo seis allanamientos en una villa de emergencia de Vicente López, en un edificio de Capital Federal y en San Martín.
Los voceros señalaron que “allanamos no sólo las casas en donde vivían los imputados, sino también aguantaderos en una villa, donde guardaban numerosos elementos importantes para la investigación”.
Agregaron que “los apresados se comunicaban permanentemente con presos de una cárcel, a quienes le pasaban los detalles de los robos y los resultados de los mismos. Aparentemente le llevaban dinero a los internos”.
