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Condenan a perpetua a ex penitenciarios por el crimen de un recluso en el penal de San Martín

Cinco ex efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) fueron condenados esta tarde a prisión perpetua por haber golpeado hasta la muerte a un detenido en una cárcel del partido de San Martí­n en 2012, informaron fuentes judiciales.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal 4 del mencionado partido en la causa por las "torturas seguidas de muerte" en perjuicio de Patricio Barros Cisneros (26), asesinado delante de su novia durante una visita a la Unidad 46 del SPB, en la localidad de José León Suárez.

Los condenados son los ex agentes Héctor Mario, Rodrigo Emilio Chaparro, Gerardo Rodolfo Luna, Ví­ctor Miguel Gallego y Juan Manuel Liberto, en tanto que Claudio Javier Keem fue absuelto.

Liberto era el único que había llegado al juicio en libertad y fue detenido, mientras que se dispuso la libertad de Keem.

Al dar a conocer los fundamentos de la sentencia, el tribunal, integrado por Mónica De Benedetto, Julio César Di Giorgio y Marcelo José Machado, también solicitó que se investigue a los jefes del penal por "encubrimiento agravado", al intentar construir una versión falsa de los hechos.

"Para nosotros este es un precedente importantísimo, es un fallo que muestra la complejidad de la discusiones sobre violencia institucional y lo que se viene denunciando desde hace muchísimos años", dijo a Télam Paula Litvachky, directora del área de Justicia y Seguridad del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

Para la abogada, "el tribunal dio un mensaje muy fuerte a los miembros del SPB en cuanto a que no son tolerables las situaciones de violencia en las cárceles" y recordó que hay muy pocos antecedentes de condenas en este tipo de casos por la dificultad de probarlos.

Tanto la fiscal Paula Leiva como los abogados de la entidad, Mariano Lanziano y Eva Asprella, habían pedido en los alegatos la pena aplicada por el tribunal.

El hecho ocurrió el 28 de enero de 2012, cuando Barros Cisneros esperaba la visita de su pareja, quien pese al intenso calor y a estar embarazada debió esperar tres horas para ingresar.

Según se dio por acreditado, los agentes Luna y Liberto requisaron a Barros Cisneros y Chaparro lo recibió para llevarlo a admisión.
El detenido pidió hablar con Luna para poder tener un lugar de visita más cómodo y fresco, pero los penitenciarios le negaron el pedido y fueron a hablar con Mario, el encargado del turno.

Luego, los agentes ingresaron al pasillo y comenzaron a golpearlo para castigarlo por el reclamo.

Todos los testigos coincidieron en la brutalidad con la que le pegaron desde que comenzaron hasta que Patricio murió, entre 6 y 15 minutos después.

"Todos pegaban piñas, patadas, trompadas, saltaban arriba, en la cabeza, en las costillas, en la entrepierna, donde se les cruzaba, como a una pelota de fútbol, como a una bolsa de basura", declaró un testigo.

Según la mayorí­a de los testimonios, Patricio suplicaba que no le pegaran más y cuando dejó de gritar, un penitenciario fue a buscar gas pimienta y se lo arrojó en la cara.

La autopsia confirmó los dichos de los testigos: la médica que la realizó demoró más de 10 minutos en dibujar ante el tribunal las 36 heridas, muchas de ellas en la cabeza y cuello.

Al final de la golpiza, uno de los penitenciarios se dio cuenta de que la novia de Patricio habí­a visto todo, por lo que la sacaron del penal.

Mientras tanto, los imputados comenzaron a armar una versión que indicaba que el detenido había atacado a Chaparro y luego se había suicidado golpeándose contra las rejas.

Pero todos los testimonios coincidieron en que la ví­ctima estaba desarmada y la herida que tení­­a Chaparro fue autoinflingida con una faca en una de las oficinas.

Según informó el CELS, en los fundamentos de la sentencia, los jueces remarcaron que "la privación de la libertad no puede implicar prácticas de violencia, ni tratos indignos o degradantes hacia los detenidos".

Consideraron, al mismo tiempo, que sufrimientos fí­sicos y psí­quicos graves como los padecidos por la víctima se enmarcan en el delito de tortura, lo cual sienta un precedente importante.

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