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La sentencia había sido apelada por la fiscalía, que insistía en que Casán (cuyo verdadero nombre es Ana María Casanova) y Garbellano debían ser extraditados para que el Juzgado Penal de Liquidación y Sentencia de la ciudad de Luque definiera la situación procesal de ambos.
Cuando la causa llegó a la Corte Suprema argentina, la procuradora general adjunta Adriana Marchisio desistió del recurso, por lo que el máximo tribunal, con las firmas de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni, cerró la causa.
Según describe el expediente, al que tuvo acceso DyN, los hechos ocurrieron “el 27 de julio de 2012, en las instalaciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol, sita en la mencionada localidad paraguaya”, cuando Casán “lució una gargantilla y un par de pendientes de zafiros y brillantes, provistos previamente por Armando Benítez”.
“El joyero habría convenido con Casán y Garbellano que, una vez culminado el espectáculo, él mismo retiraría las joyas del cuello y las orejas de la actriz”, pero “en contra de lo acordado”, ello no ocurrió.
“Más tarde, vía telefónica, Garbellano habría manifestado a Benítez que tenía las joyas en su poder y le habría asegurado que se las restituiría posteriormente. Dicha devolución, de acuerdo con la imputación, nunca se concretó”, explica el expediente.