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Condenaron a 18 y 19 años de prisión a los acusados de balear a un comisario de la Policía Federal

Dos hermanastros fueron a prisión por haber baleado al jefe de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, comisario inspector Néstor Roncaglia, al asaltarlo cuando llegaba a su casa de la localidad bonaerense de Olivos, el 1 de junio de 2013.
La condena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, que le impuso 18 años de prisión al acusado César Heredia (27) y 19 a Mariano Carbajal (26), al hallarlos culpables de "homicidio agravado criminis causa en grado de tentativa e intento de robo agravado por el uso de armas".

La decisión del tribunal coincidió con lo requerido en lo alegatos por el fiscal de la causa, Eduardo Rodríguez, quien hoy explicó que la diferencia de pena entre uno y otro es porque Carbajal había tenido una condena previa por otro delito y fue declarado reincidente.

"Es un sentimiento confuso, con la condena finaliza todo este proceso que se cumplió a partir del primero de junio, cuando fui víctima de este asalto. No es una alegría porque la verdad es que esto no tendría que haber ocurrido nunca, no me tendría que haber pasado a mi ni a nadie, pero bueno, pasó, fui victima no como policía sino como particular", expresó Roncaglia al término del debate.

El jefe policial recordó el episodio del que fue víctima, durante el cual recibió tres balazos, como "un momento muy traumático", no sólo para él sino para su esposa y sus hijos, de 12 y 15 años.

Además reconoció que tiene dudas sobre la motivación del ataque, ya que la misma banda que lo asaltó había cometido media hora antes un robo a un juez de San Isidro.

"Las dudas son que hay una filmación registrada en la cámara de mi casa en las que se ve que estas personas antes de ingresar a mi domicilio pasaron en cuatro oportunidades por el frente, tengo la sensación de que estaban esperando que yo llegue", expresó.

Tras considerar que "las condenas (a los acusados) son elevadas, pero son un acto de justicia", ya que su familia sufrió "un daño grande", Roncaglia relató el suceso del que fueron víctimas.

"Yo venía de trabajar, era un sábado, con cuarenta integrantes de Drogas Peligrosas habíamos ido a trabajar a Campana, a hacer un procedimiento antidrogas. Regresé a mi domicilio, la intención era salir a cenar con mi familia y de, repente, cuando estoy ingresando, se me aparecen estas personas que ingresan en fila por el garaje", contó.

El jefe policial se refirió de esta manera a los cuatro delincuentes que lo abordaron en la vivienda situada Virrey Olaguer y Feliú, del barrio La Loma de Roca, de Olivos, partido de Vicente López, en el norte del Gran Buenos Aires, de la que se mudó tras el hecho.

"Uno de ellos -continuó- me apunta directamente hacia la cabeza. Yo tenía la pistola en la cintura y sentí que era inminente un ataque, que me iba a disparar. Por eso le tomo la pistola con la mano y hay un forcejeo".

Roncaglia recordó que en ese forcejeo cayó de rodillas al suelo, momento en que uno de los delincuentes se le abalanzó y lo apuntó con un arma en la cabeza.

"Yo pongo mi mano derecha y le grito 'no me dispares que soy policía'. Igualmente efectúa dos disparos y esas dos balas pegaron en el dedo anular y en el pulgar porque iban directo a mi cabeza", explicó.

Roncaglia agregó que es ese momento extrajo su arma de la cintura y volvió a identificarse como policía, por lo que uno de los ladrones le disparó nuevamente y lo hirió en el torax.

El comisario dijo que él alcanzó no obstante a balear a uno de los asaltantes, que si bien huyó luego detenido cuando se presentó en un hospital para hacerse atender.

Ese acusado fue identificado luego como Mariano Carbajal, quien 20 minutos después del hecho fue abandonado en el Hospital Pediátrico de Del Viso y, al ser operado, se le extrajo un proyectil que se determinó que había sido disparado por el arma reglamentaria de Roncaglia, por lo que quedó preso por el hecho.

En tanto, Heredia fue apresado el 19 de junio en la localidad de General Rodríguez luego de varias tareas de inteligencia.

Si bien los delincuentes fueron cuatro, los pesquisas sólo pudieron atrapar a dos y los restantes no alcanzaron nunca a ser identificados.

"Nos tuvimos que mudar después de eso para lograr una mayor tranquilidad. Cuando estuve internado siete días en el hospital Churruca mi familia tenía tanto miedo que dormía a mi lado, no se querían ir de la habitación", concluyó.

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