Nacha Guevara (9) saludó a los participantes y les dijo muy satisfecha: “Me encanta como lo piensan, se toman todo el tiempo y cuidado que se necesita. Cuando aparecen es como una declaración de algo. Vi algo muy agradable, los vi bailar en pareja, que pocos lo hacen en este concurso. Gracias fue un lindo momento”. A Moria Casán (9) le encantó el vestuario: “Están divinos vestidos”, les dijo a ambos. Pero hizo una observación en cuanto al baile de Aníbal: “Te vi con alguna complicación respiratoria, como que te agitaste mucho. Me encantó el elemento de la bandeja y de la torta. Estéticamente un placer”. Soledad Silveyra (voto secreto) también elogió la coreo: “Un placer la coreografía. Aníbal como de costumbre un muñequito delicioso, Laurita estás divina. Una delicia”. Nacha antes de la devolución del último jurado, lo retó a Polino en vivo por haberle dado su teléfono a personas que ella no quería. El ahora conductor de Intrusos, aclaró que le había pedido disculpas a la actriz en el camarín y contó lo sucedido: “Salía de América y de un camión unos muchachos me dijeron que querían conocer a Nacha porque les gustaba mucho. Yo no le di el teléfono, le di su mail y ya le pedí disculpas”. Marcelo Polino (7) retomó su tarea y coincidió con sus tres colegas: “Me gustó mucho el cuento, saben aprovechar el minuto y medio para contar una linda historia”. Total 25 puntos
Freddy Villareal sorprendió a Aníbal personificándolo con muchísimo humor. Vestido de la misma manera y diciendo sus mismas frases, hizo delirar al participante.
LA CREMA DE LA RISA
Anita y el Bicho –una de las parejas más esperadas de la noche- se presentaron en la pista. La humorista con una peluca rubia y mucho busto, al mejor estilo vedette, hizo una previa muy divertida. Seduciendo a la cámara trató de “chaparse” a uno de los productores del programa. Navarrete fue una vez más víctima de los tortazos. No sólo recibió un tortazo, fueron varios, hasta que empezó a patinarse con la crema y a perseguir a Anita y el Bicho por toda la pista. Todos tuvieron su porción de torta, hasta Marcelo quedó transformado en un muñeco de crema y bizcochuelo. “Paren que estamos conduciendo un programa”, pedía Tinelli mientras intentaba sacarse la torta de la cara. Con corridas, patinadas y crema para todos lados el estudio y el conductor quedaron “fuera de juego”. Mientras Marcelo se daba una ducha y trataba que los participantes no entraran en su camarín, el personal de limpieza quitaba todos los restos de papel picado y torta del piso. Finalmente la pareja no bailó el ritmo del cuarteto y el conductor ya limpio, se despidió hasta el jueves.