Del encuentro, que tuvo como lema “Somos portadores de esperanza”, participaron 110 delegados de la pastoral de drogadependencia de todo el país, quienes recibieron el sábado al titular del Sedronar, Juan Carlos Molina.
En un “clima de diálogo cordial y distendido” -según dijeron los organizadores-, Molina y colaboradores del Sedronar compartieron con los asistentes al encuentro “los contenidos de los programas que se están implementando desde el Estado nacional”.
En tanto, en el documento difundido al término de las deliberaciones, la comisión episcopal señaló que les sigue preocupando “el constante crecimiento del consumo de drogas y sus consecuencias en las personas, las familias y la sociedad en su conjunto”.
Asimismo advirtieron sobre “el avance del narcotráfico que siembra violencia entre bandas, esclaviza niños y jóvenes para la venta de drogas, y corrompe el tejido social y estructuras del Estado en sus diversos niveles”.
También expresaron su preocupación porque “este drama afecte a toda la sociedad, y de manera particular a los más pobres con salud y alimentación deficiente”, así como “los mensajes ambiguos y confusos acerca de la droga” y el inicio del consumo de alcohol y drogas a edades cada vez más tempranas”.
La comisión se refirió además a la “proliferación de las nuevas drogas de síntesis que constituyen una grave amenaza para nuestros adolescentes y jóvenes” y señaló que la “actual disponibilidad de precursores químicos favorece la producción y facilita el consumo”.
También advirtieron sobre “el creciente individualismo que potencia la autorreferencialidad y nos lleva a vivir encerrados a cada uno en su propio mundo” así como “el avance consumista que nos lleva a mirar para otro lado, o reconocer el problema sin comprometernos con la solución”.
Al abrir el encuentro, monseñor Lozano remarcó que el papa Francisco “insiste en la cercanía, dejando de lado la tentación de encerrarnos” y señaló que “a veces percibo que estamos tentados de mantener distancia ante la carne sufriente de nuestros hermanos”, ante lo cual invitó a “tocar a nuestros hermanos que sufren”.
En ese marco, en la declaración final, celebraron que en muchas partes del país se hayan multiplicado “iniciativas que desde la prevención buscan alertar acerca de las consecuencias y fortalecer opciones de vida en libertad de toda sustancia” así como la “creación de varios Centros Barriales y otras opciones de atención diaria en medio de poblaciones vulnerables”.
