De momento, Boca Juniors y River empataron el primer choque de gigantes del fútbol argentino en Mar del Plata y los de Núñez prevalecieron en Córdoba.
Cavenaghi puso en ventaja a los Millonarios a los 34 segundos, al escaparse habilitado y batir a Sebastián Torrico con un remate potente entre el arquero y su poste izquierdo.
El mediocampista Ortigoza, a los 31 minutos, de penal, empató al sacar provecho de la infracción que sancionó Silvio Trucco por un empujón evidente de Augusto Solari a Nacho Piatti.
Ni bien empezó el segundo segmento el Ciclón logró la primera diferencia en su favor porque Julio Buffarini envió un centro exacto desde la derecha y Piatti con oportunismo sorprendió a Víctor Cabrera y resolvió de cabeza.
Y en Salta la Linda quien embelleció la noche norteña fue Correa, todo un pichón de crack, porque recibió la pelota fuera del área grande de espalda al arco, giró rodeado por dos aversarios y completó la maniobra de gran categoría.
El público salteño pagó la entrada para ver una versión del clásico porteño y el pibe Correa dejó de regaló un auténtido lujo futbolístico.
En la primera parte River dio en el blanco temprano y dispuso de otras escenas importanes en los últimos metros, pero no estableció nuevas marcas en el fondo de la red de los de Boedo y los actuales campeones argentinos lentamente le fueron dando forma a la respuesta.
El tanto de Ortigoza, al hacerse cargo de su especialidad, la ejecución de un penal, le permitió a San Lorenzo empezar a enderezar el resultado y por lo pronto igualar el parcial.
Pero la segunda parte tuvo como dueño definitivo al conjunto del que es hincha el Papa Francisco.
El 2-1 hizo su aparición cuando Buffarini le puso una pausa a su proyección por la derecha y de zurda dirigió el balón hacia el área de los Millonarios, donde Piatti se disfrazó de Nicolás Blandi para escaparse de la marca de Cabrera y cabecear con contundencia, a tal punto que doblegó a Leandro Chichizola.
El resultado se mantuvo a tiro hasta poco antes del final, pero el lujoso Correa terminó por darle otra alegría al Santo Padre.
