El triple crimen ocurrió el 27 de agosto de 2012 en una casa de la calle Uruguay 633, de Benavídez, partido de Tigre, cuando Juan Carlos Cardozo, de 25 años, fue a buscar a Romina Martínez, de 27, quien lo había abandonado una semana antes y se había llevado con ella a la hija de ambos, de 3 años.
Cardozo no encontró a la joven en la vivienda y descargó su furia contra las tres familiares de ella, asesinando primero de puñaladas a la abuela de la chica, Nilda Ludovica Ham, de 76 años; luego a otra hija de Romina, Marisol (6), y finalmente a la hermana, María Florencia Martínez (15).
El hombre, quien se encuentra alojado en el Pabellón Evangelista de la Unidad Penitenciaria N° 9 de la ciudad de La Plata, fue detenido dos días después del triple crimen tras ser captado por las cámaras de seguridad del municipio de Tigre.
Martínez dijo ayer que en una visita a la cárcel, Cardozo le marcó “varios errores”, ya que se “olvidó” de decir “algunas cosas” respecto a lo sucedido en la masacre del 27 de agosto de 2012.
La joven relató a la prensa que el hombre le envió cartas en la que le pedía por favor que lo perdonara.
“Antes que nada, no sé cómo expresarme, es decir, todo esto que pasó. Te pido mil perdón aunque sé que no alcanzaría porque quiero que encuentres en tu corazón la clase de persona que fui con vos”, le escribió Cardozo a la chica.
En la misiva, el hombre añadió: “Jamás hubiera hecho una cosa así. Vos sabés muy bien cuánto yo amaba a tu abuela, tu hermana y a María Sol”.
“La verdad que quiero despertar de esta pesadilla o que esto no hubiera pasado. Yo con una mano en el corazón y que Dios desde allá arriba me castigue si yo fui realmente el responsable de todo esto”, puntualizó Cardozo.
La carta, que fue mostrada a la prensa por Martínez, finaliza: “Romina, perdoname. Buscá el camino de Dios. Dejá todo lo que estas haciendo en esa religión (por el rito Umbanda). Te deseo lo mejor. Besos a mi negra. No sé cómo me tenés en tu mente. Sólo tenés que perdonarme”.
“Para mí no fue él, no lo hizo porque quiso, algo se apoderó de él y usó su cuerpo”, enfatizó ayer Martínez, quien está embarazada de Cardozo tras visitarlo en prisión.
“No lo tengo que perdonar porque no fue él, estaba poseído”, declaró.
