“Estamos trabajando sobre tres cuerpos en distintos lugares del edificio, las extracciones son dificultosas por el tipo de derrumbe, que requiere mucho cuidado en la remoción de escombros”, agregó.
Poidomani contó que “estamos haciendo una tarea de minería para llegar a vehículos que quedaron en el subsuelo. Estamos trabajando con perros y con cámaras para acceder a distintos lugares pero todavía no detectamos más señales de vida”.
“Los perros trabajan sobre distintos tipos de rastros, de sobrevivientes y de cadáveres, pero como algunos cuerpos todavía pueden estar calientes eso dificulta que los perros los diferencien”, aclaró.
“Cada presunción de cada ruido o de cada registro de los perros es una presunción de vida, pero con el correr del tiempo sabemos que es más difícil pensar en sobrevivientes”, finalizó Poidomani.