Entre las recomendaciones, la cartera sanitaria recuerda que hay que alimentar al bebé con leche materna de forma exclusiva hasta los 6 meses.
Recién a partir de los seis meses, hay que implementar con otros alimentos, pero sin dejar de dar el pecho hasta los 2 años o más.
Por otra parte, la leche materna:
- Es la más segura e higiénica, ya que el niño la toma directamente de su mamá.
- Está disponible, siempre a la temperatura adecuada, a toda hora y en cualquier lugar.
- Sus nutrientes están especialmente adaptados a las necesidades del bebé y se digiere más fácilmente que cualquier otra leche o alimento.
- Fortalece la relación de afecto entre la mamá y el bebé a través del contacto de la piel, permitiendo el desarrollo de niños capaces, seguros y emocionalmente estables.
- Contribuye a mantener una buena salud durante toda la vida.
Los adultos que de pequeños fueron amamantados tienen menos riesgo de padecer enfermedades crónicas, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer.
- Al mismo tiempo, está comprobado que en la mujer que amanta disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario.