La Cancillería subrayó que la Argentina tuvo un lugar destacado en la ceremonia, por integrar el grupo de naciones que motorizó durante más de siete años las negociaciones que culminaron en la adopción de un texto el 2 de abril último por parte de una abrumadora mayoría de 154 países, se informó en un comunicado.
Por la mañana, Timerman había firmado oficialmente el tratado en una ceremonia abierta a la prensa, lo que convirtió a la Argentina en el primer país signatario. El canciller mantuvo además un breve encuentro con el amplio grupo de organizaciones no gubernamentales que apoyaron las negociaciones globales durante estos años, y que le agradecieron personalmente el trabajo realizado por la Argentina.
El tratado aprobado establece una serie de normas y criterios precisos que los países deberán seguir a la hora de autorizar una exportación o importación de armas, responsabilizándose de que las mismas no sean derivadas de forma ilícita a terceros que puedan atentar contra el orden jurídico internacional.
Se calcula que cada año se comercian legalmente entre 7 y 8 millones de armas, un millón de las cuales se desvían, pierden o son robadas, alimentando la inseguridad ciudadana y la violencia del narcotráfico y el tráfico de personas.
Timerman afirmó que “resulta sorprendente que hasta hoy existieran tratados para el control de las armas nucleares, químicas y biológicas, pero no existiera ningún equivalente en el escenario internacional para las armas convencionales”.
El ministro aseguró que la firma tiene como mira “poner fin al comercio y las transferencias irresponsables de estas armas, a su proliferación y a su uso contra civiles inocentes o contra el mantenimiento de la paz”.