Durante las 3 horas y 38 minutos de discurso, la mandataria pareció dar señales de acercamiento al Congreso Nacional: estableció una suerte de diálogo y elogios hacia dirigentes radicales como Mario Negri o Ricardo Gil Lavedra e hizo una defensa corporativa de los legisladores, a quienes, dijo, les "cuentan hasta la última costilla" para cuestionar que nadie controla de igual manera a los jueces.
La Presidenta puso en igual nivel de trascendencia los "30 años de la recuperación democrática argentina" con los diez años que el kirchnerismo cumplirá en el poder, periodo al que calificó como "la década ganada en materia de conquistas sociales".
La defensa de su gestión pasó por los números de la economía, la asignación universal por hijo, el manejo de los fondos previsionales, la mortalidad infantil, la educación, la disminución de la pobreza, el nivel de los subsidios, los puestos de trabajo, la inversión en materia de salud y la asistencia social, entre otros.
Admitió la caída de la actividad industrial, pero de inmediato corrigió y no sólo responsabilizó de ello a la crisis mundial y comparó guarismos con las principales economías del mundo, sino que cuestionó a algunos líderes mundiales, tomando como ejemplo las complejas elecciones en Italia: "¿Cómo es que no se dan cuenta, es tan difícil leer lo que está pasando?".
Al referirse a la deuda pública, ofreció a los holdouts pagarles sus títulos impagos, bajo las mismas condiciones de quita y plazos en que se realizó la reestructuración de 2010 y aseguró que "el problema es que no pedimos prestado", entonces "nos quieren castigar" y "nos quieren volver a endeudar".
El tramo de mas efervescencia y sorpresa, en particular para el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, presente en el recinto, fue cuando la Jefa de Estado delineó una paquete de proyectos para "democratizar la Justicia".
En línea, enumeró la elección por "voto popular" de los miembros del Consejo de la Magistratura, la reglamentación de las medidas cautelares, una mayor apertura para ingresar a trabajar en el Poder Judicial, el acceso a través de internet de las declaraciones juradas de todos los miembros del los tres poderes y la decisión, ahora en manos de la Corte, de decidir sobre la obligación de los magistrados de pagar impuesto a las ganancias.
"Las provincias" fueron mencionadas en dos oportunidades por la Presidenta, en ambos casos con críticas hacia la provincia de Buenos Aires que gobierna Daniel Scioli, aunque sin mencionarlo directamente, pero sí al distrito que administra.
Al hablar de la seguridad, defendió el dinero que la Nación invierte en fuerzas de Seguridad y materiales, pero denunció una "manipulación mediática" sobre el delito y acusó a los gobernadores que hacen "la plancha y meten la cabeza como el avestruz para que no se den cuenta".
El otro momento fue cuando salió al cruce de los planteos de Scioli y del cordobés José Manuel de la Sota de rediseñar la coparticipación ante la necesidad de recursos de sus distritos y destacó la política de "desendeudamiento" que benefició a esas dos provincias.
