Con puntualidad inglesa, el conjunto salió a escena a las 22 para arrancar la velada con "Twenty Zero One" y despertar el fervor de un público variopinto pero muy fanático. "Buenas noches, Argentina", gritó Kay antes de seguir con "Alright", cuyos arreglos finales en clave de tropicalía desembocaron sin pausa en "Use the Force".
"Muchas gracias, se siente bien estar de regreso", dijo en inglés el vocalista antes de continuar la propuesta con "High Times" y la bailadísima "Little L". Ahí, el anfitrión cambió su saco con diseño indígena por una campera deportiva amarillo fluo -aunque se dejó el sombrero verde con guarda étnica- para encarar "Canned Heat" y "Talullah".
Al final del tema, una persona del público logró burlar la seguridad y se subió al escenario, aunque fue rápidamente interceptado por personal de prevención. Sin embargo, el cantante se asustó y se retiró al backstage por un minuto, que aprovechó para volver a cambiarse de ropa.
Superada la interrupción, el show siguió a puro baile con una sucesión de los temas "Runaway", "Return of the Space Cowboy", "Mein Vein" y "Cosmic Girl"; siempre acompañados por imágenes que no sumaron demasiado a la propuesta y que desperdiciaron las posibilidades de la enorme pantalla que el grupo trajo en esta visita. Además, algunas versiones resultaron un poco extensas, aunque el público las recibió con mucho entusiasmo.
Para el cierre quedaron "Loove Foolosophy", en una versión que comenzó acústica y terminó a pleno funk; y la celebradísima "Deeper Underground". Ahí Kay alzó las manos, gritó "Buenos Aires" y se retiró por primera vez.
Pero aún faltaba un bis para completar las casi dos horas de show. Así fue que el artista regresó para hablarle a sus fans argentinos. "Muchas gracias por venir a vernos, son una de los mejores públicos del mundo", dijo el artista antes de encarar la explosiva "White Knuckle Ride", el máximo hit de su última placa, "Rock Light Dust Star".
"¡Adiós Argentina!", exclamó Kay, quien saludó junto a sus músicos y se retiró tras haber hecho bailar a una muchedumbre sedienta de ritmos bailables y sonidos retro. (Reporter, por Mariano Lago).
