Fuentes policiales informaron que la investigación comenzó cuando a un lutier le ofrecieron comprar dos instrumentos de dudosa procedencia y al constatar en Internet, en un foro de músicos, que eran iguales a los que les habían sustraído a otros colegas, realizó la denuncia ante la Policía Federal.
Los trabajos de inteligencia derivaron en cuatro allanamientos simultáneos, tres en la provincia de Buenos Aires y uno en la Capital Federal, realizados en las últimas horas por personal de la sección Centro Nacional de Protección del Patrimonio Cultural de Interpol, a cargo del subcomisario Marcelo El Haibe.
"El Ministerio de Seguridad nos dio instrucciones precisas para detectar y desarticular estas bandas delictivas que comercializan ilegalmente objetos de valor histórico y cultural tutelados por el Estado Nacional", señaló El Haibe.
Como resultado de los allanamientos se secuestraron un bandoneón y un acordeón, uno en la localidad de San Miguel y otro en Virrey del Pino (partido de La Matanza), ambos en el Gran Buenos Aires.
Además, se determinó que el detenido formaba parte de una banda que se dedicaba al robo y la posterior comercialización de bandoneones y que actuó en por lo menos nueve delitos. Uno de los damnificados en esos hechos delictivos fue el maestro Néstor Marconi, a quien le robaron uno de sus bandoneones el 25 de junio pasado.
A Marconi le robaron dos bandoneones Alfred Arnold (AA) negros nacarados, uno de ellos era de un amigo suyo, cuando los delincuentes entraron a su casa de Vicente López.
De hecho el bandoneonista, al enterarse de la recuperación de los otros instrumentos consultó a los efectivos policiales y en alguno de los allanamientos habían podido incautar algún otro instrumento, el cual le permitiera esperanzarse que fueran los suyos.
Alfred Arnold cerró sus fábricas en Alemania, ya que sus clientes eran los bandoneonistas de Argentina, donde se encuentra el principal yacimiento de esos instrumentos, destinados casi con exclusividad a la ejecución del tango.
Con el resurgimiento mundial del tango y el auge del turismo, visitantes de otros países comenzaron a comprar en Buenos Aires bandoneones, muchos de ellos históricos, favorecidos por el cambio de moneda.
Actualmente, la Universidad de Lanús ha comenzado a fabricar bandoneones, en una escuela de lutiers que se encuentra en su etapa embrionaria.
"En virtud que el bandoneón se encuentra tutelado por la Ley número 26.531 (Régimen de Protección y Promoción del Instrumento Musical denominado Bandoneón) y que no se fabrican más desde hace más de 60 años, los valores en el mercado negro en Europa y Asia son de miles de euros", precisó El Haibe.
Interviene en la causa el Juzgado Nacional en lo Penal de Rogatorias, a cargo de Alejandro Cina, y la Secretaría de Gabriel Bustos.
