La organización "reivindicó la presencia de los espíritus de los pueblos originarios en el corazón del futuro country San Matías", según informó en un comunicado.
Lo hizo mediante una ceremonia ritual de 45 minutos, en la que participó el anciano kolla Pedro Moreira, que consistió en encender un fuego, música sikuri y una ofrenda a la Madre Tierra.
"Nos retiramos dejando una apacheta, un pequeño montículo de piedras que identifica los lugares sagrados", informó Badano.
Con esta ceremonia ancestral, el Movimiento completó el señalamiento de siete sitios arqueológicos ubicados entre la ruta 25 de Escobar, la ruta 27 de Tigre, el río Luján y las vías del ferrocarril General Mitre.
La zona, de unas 8000 hectáreas, está atravesada por los arroyos Escobar, Garín y Claro; y "coincide con un territorio de humedales y campos que están desapareciendo desde los '90 para dar paso a los grandes complejos de barrios privados", indicó el Movimiento.