Pero, tras un cierre caliente del primer tiempo, tras incidentes entre jugadores de ambos equipos en el campo de juego, los futbolistas de Tigre fueron emboscados al bajar a los camarines.
Rubén Pasquini, a cargo de la seguridad de Tigre, fue el primero en salir al campo avisando de que había jugadores "ensangrentados" y luego fue el técnico Néstor Gorosito, quien señaló que "dos sacaron armas", tras lo cual anunció que "no se sale a jugar".
Se vio luego que había manchas de sangre en paredes y pisos del acceso al vestuario.
El árbitro chileno Enrique Osses, que pasó por el vestuario después de las agresiones, se limitó a decir que había constatado que los jugadores habían sido golpeados pero no sabía por quién. Y finalmente volvió al campo de juego y dio por terminado el encuentro con el triunfo de San Pablo, tras esperar que se cumpla el plazo reglamentario para que ingrese a jugar la parte complementaria. La Conmebol procedió a premiar a San Pablo a través de su presidente, el paraguayo Nicolás Leoz. "Liberaron la zona y dos integrantes de la seguridad de San Pablo agredieron a los jugadores, hay varios ensangrentados. Incluso sacaron revólveres y nos amenazaron. No volvemos a jugar el segundo tiempo", señaló Gorosito.
Y cumplió. Tigre, ante la falta de seguridad, se negó a volver al campo y se quedó con las manos vacías. Los jugadores de San Pablo, en cambio, dieron rienda suelta a su alegría y festejaron un titulo. No es la primera vez que hay incidentes en campos paulistas, pero nunca llegaron a este extremo. Y si fue vergonzosa la agresión a los jugadores de Tigre, no fue menos la decisión del árbitro ni la de los directivos de la Conmebol presentes en el Morumbí.
Si se demoró en confirmar que no salía fue, según el intendente de Tigre, Sergio Massa, para ganar tiempo y avisar a hinchas y familiares que dejen las tribunas y el estadio.
Ya había habido conflicto cuando no dejaron calentar en el campo antes del partido.
Iniciado el partido, Tigre aguantó hasta los 22 minutos. Con mucha gente atrás, controló bien al elenco local, que trataba de crecer por derecha con Paulo Miranda y Lucas, y por izquierda con Cortes y Jadson, pero no desequilibraba.
Hasta que en ese fatídico minuto, la defensa visitante quedó mal parada por primera vez y el elenco brasileño no desaprovechó la ocasión. William José ganó por derecha, intentó habilitar a Jadson y, tras un rebote, la pelota le quedó servida al talentoso Lucas, que se la llevó de taco y definió con un disparo bajo. Ahí se desordenó el Matador y cinco minutos más tarde San Pablo empezó a liquidar el pleito. Tras una buena acción colectiva, Lucas le dio una precisa asistencia a Osvaldo, quien ingresó libre por derecha y con una definición lujosa venció a Albil para poner el segundo.
El partido se fue poniendo caliente y al finalizar la etapa los jugadores se enfrentaron ante presuntas cargadas del conjunto brasileño. Y cuando llegaron al vestuario, los jugadores argentinos se encontraron con "matones" que los agredieron. Por ello, no pudieron volver al campo de juego para intentar la hazaña.
Un final bochornoso ya que la Conmebol consagró campeón a San Pablo sin darle siguiera derecho de defensa a Tigre.
