Uno de ellos, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) describió aquella situación que terminó con la vida de Franco Almirón, de 16 años y de Mauricio Ramos, de 17, como "homicidios".
Según el CELS, cuando Franco y Mauricio, junto a Joaquín Romero, quien fue herido de bala, "se dirigían a buscar cartones a los basurales de la CEAMSE se detuvieron a mirar lo que ocurría alrededor de un tren descarrilado".
Allí, la Policía Bonaerense "reprimía a un grupo de personas que se había acercado a retirar mercadería del tren. Franco y Mauricio se refugiaron del ataque tras un montículo de chatarra, pero la policía disparó gas para forzarlos a salir y en cuanto se expusieron, los asesinaron con balas de plomo", añadió el CELS.
Sin embargo, el Decreto conocido hoy expone la situación como si hubiera sido "un acto delictivo" y dice que ambos adolescentes fueron muertos "dentro de las formaciones".
El CELS caracterizó el caso en "las prácticas de violencia y abusos que la fuerza de seguridad provincial ejerce cotidianamente sobre los vecinos de La Cárcova, en especial sobre los varones jóvenes y que se replican en los barrios de sectores pobres del Conurbano".
En febrero de 2012, una marcha kirchnerista que organizaron el Movimiento Evita y La Cámpora a un año de los episodios apuntó al ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal y a exigir la separación del jefe policial a cargo.
En esos días, y en ausencia de Scioli, el vicegobernador Gabriel Mariotto se reunió con la ministra de Seguridad, Nilda Garré y luego cerró el acto de José León Suárez y señaló que "a los chicos los mató la miseria". Por los crímenes fueron imputados dos policías, ya que Almirón y Ramos presentaban en sus cuerpos orificios de bala que ingresaron por la espalda.