Lejos de los gritos histéricos devenidos en marcas registradas de sus fanáticas, y de las incontables prendas íntimas que regaban el escenario cada vez que Sandro ofrecía un show, esta puesta tiene la intención de erigir un homenaje al músico que falleció el 4 de enero de 2010 luego de un trasplante de pulmón.
¨Es una comedia musical en base a sus canciones que muestra la trayectoria del ídolo, desde su debut junto a Los de Fuego en el ciclo televisivo 'Sábados circulares' hasta sus últimos conciertos¨¨, explicó Sanmartín, sobre el espectáculo que reunirá a una orquesta y a más de 30 artistas en escena.
Admirador de Elvis Presley, Roberto Sánchez hizo su aparición en plena década del 60 bajo el apodo de Sandro, cuando el rock local empezaba a asomar sus primeros acordes.
Y si bien su búsqueda inicial apuntó a reversiones de clásicos del rock anglosajón, lo cierto es que su popularidad llegó junto a su banda Los de Fuego, cuando argentinizó aquel sugestivo movimiento pélvico heredado de su amado Presley.
Ese primer gesto fue hipnotizando a sus seguidoras que, con los años, se encolumnarían bajo el eterno epíteto de ¨sus nenas¨.
De hecho, la puesta que verá la luz este fin de semana en el teatro Broadway (Corrientes 1155) cuenta la historia de una de ellas: se trata de Alicia (Cociuffo), una de las seguidoras de Sandro, cuya vida fue atravesada completamente por su amor hacia el ídolo.
Es que a pesar de haberse casado y llevar una vida aparentemente normal, en lo más profundo de su ser, Alicia sabe que el único hombre al que le ha entregado su alma se llama Roberto Sánchez.
Y para darle vida al protagonista de cientos de películas que lo mostraban como un joven músico, siempre aquejado por problemas de polleras, Ariel del Mastro eligió a Sanmartín para encarar esa mesiánica tarea.
Oriundo de Avellaneda, este joven que se lucía como artista plástico, se encontró a los 18 años imitando gestos del Gitano frente al espejo e intentando vocalizar sus temas, embelesado con el mito que lo desvelaba.
Precisamente, consultado sobre los orígenes de esa devoción, el artosta, de 27 años, admitió haberse ¨enamorado del personaje cuando lo vio¨
¨Lo conocí en mi adolescencia y me rendí frente a la magia de ese showman, que hacía todo, de sus canciones, su humor y de los 150.000 tipos de música que tocaba¨, remarcó Sanmartín sobre los motivos que lo llevaron a imitar al músico que inmortalizó un cancionero integrado por temas como ¨Rosa, rosa¨, "Dame fuego", "Quiero llenarme de ti", "Penumbras", "Porque yo te amo", "Tengo", "Trigal" y "Una muchacha y una guitarra".
¨De todos modos -aclaró- lo mío no pretende ser una imitación, sino que busco recrear un momento, así que durante este musical yo voy a jugar a ser Sandro y la gente va a jugar a ver a Sandro. Pero todos sabemos que Sandro no está¨.
Y precisamente, si bien Fernando ostentaba una mímica gestual y un entrenamiento vocal muy semejante al del Gitano, Del Mastro tuvo que someterlo a un curso intensivo de actuación para pulir la interpretación de los textos que requería el musical.¨Por conocerlo de estudiarlo tanto, hay cuadros que parecieran plantados por el propio Sandro, lo sé porque lo estudié tanto que ya casi conozco su gusto y creo que él lo hubiese dirigido de la misma manera¨, arriesgó Sanmartín.
Yendo aún más lejos, el vocalista ponderó la trayectoria de quien también estelarizó una decena de filmes (¨Quiero llenarme de ti¨, ¨Gitano¨, ¨Muchacho¨, ¨Operación rosa rosa¨ y ¨Subí que te llevo¨, entre más) y sostuvo que ¨para mi lo que le faltó hacer fue un musical¨.
¨En los 80 hizo espectáculos que reunían textos con canciones pero la mayoría eran unipersonales. Así que una comedia musical propiamente dicha le quedó en el tintero¨, insistió el intérprete.
Y concluyó: ¨Este papel es un honor para mi porque nunca me imaginé estar al frente de algo así, pero también es una responsabilidad el tener que ponerme en las botas de un ídolo tan grande¨.
