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Caso Belsunce: El fiscal pidió para los acusados máximas penas por encubrimiento y absolución de masajista

Tras pedir la absolución de la masajista Beatriz Michelini, la Fiscalía reclamó hoy durísimas penas para los acusados por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce, de las cuales las más altas -de seis años- corresponden al cuñado y a un hermano de la víctima y al médico que la vio poco después del asesinato.
La dureza de la acusación sorprendió a los protagonistas y a los defensores: la fiscal Laura Zyseskind pidió seis años de cárcel, el máximo de la pena prevista para el encubrimiento agravado, para Guillermo Bártoli, el cuñado de María Marta que hasta ahora resultaba ser el principal imputado sospechado de manipular el cadáver, ordenar la limpieza de la escena del crimen, tirar ropas ensangrentadas y gestionar un certificado de defunción "trucho".

Sin embargo, el Ministerio Público pidió la misma pena para el abogado y periodista Horacio García Belsunce (h) y para el médico Juan Gauvry Gordon, el profesional que llegó al lugar para atender a la mujer y no se dio cuenta que se trataba de un homicidio.

Para Juan "John" Hurtig, medio hermano de María Marta y acusado de haber tirado al inodoro el famoso "pituto" (la sexta bala), reclamó cinco años de cárcel, mientras pidió cuatro años y medio para Sergio Binello, el vecino del country y amigo de la familia acusado de haber recomendado coimear a la policía si algún patrullero llegaba al lugar.

Además de las condenas, la fiscal solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro que al momento de dictar la eventual condena de los imputados se disponga su inmediato arresto.

Y también solicitó que, mientras se espera el veredicto, se les prohíba salir del país y se presenten cada 72 horas en los tribunales. Sobre esto último, los jueces María Elena Márquez, Alberto Ortolani y Ariel Introzzi Truglia validaron la eximición de prisión que rige sobre los imputados.

La dureza de las penas requeridas tuvo agravantes que llamaron la atención a periodistas y abogados: no solo se aludió a la cercanía de los imputados con la victima y a la preparación intelectual y económica que cada uno tenía, sino que hasta se consideró que debía aumentar los años de condena por la ausencia de móvil del crimen y la cantidad de horas que tuvieron que dedicarle las autoridades judiciales a este caso.

"Si esto es el Ministerio Publico, el resto de los fiscales del país tendría que estar preocupado -dijo Bártoli al término de la audiencia-. Me acusaron de cualquier cosa. Pidieron tres veces que me consideraran autor del homicidio y ahora me piden seis años de prisión cuando soy inocente; Carlos Carrascosa (el viudo de María Marta) está tras las rejas y los autores del crimen están libres".

Desde las 10, el Ministerio Público hizo su evaluación sobre lo que cosechó en estos cinco meses de audiencias; la fiscal Zyseskind -estrenando un brushing que no había usado en todo el juicio- se plantó ante el tribunal con la ayuda de un 'power point' para repasar todas los indicios, pruebas y testimonios que le iban a servir a la hora de sostener la acusación.

En ese marco, como se esperaba, la Fiscalía cargó duramente contra Guillermo Bártoli por haber sabido desde el primer momento que María Marta había sido asesinada y haber "montado una puesta en escena ante la masajista y todos los que vinieron después".

Al resto los acusó de haber sido funcionales a ese supuesto montaje y de destruir las pruebas, mientras embistió durísimo al médico que llegó al lugar para atender la urgencia por haber querido actuar como forense y determinar que había sido un accidente.

Fue por eso que la Fiscalía pidió la absolución de la masajista Beatriz Michelini, imputada de haber limpiado el baño donde mataron a la socióloga en octubre de 2002.

"Ella no podía darse cuenta de los orificios que tenía en la cabeza. Pero además ella dice que no entendía por qué Carlos Carrascosa 'le acariciaba el pelito' en vez de hacer algo. No lo hacían porque ya la habían llamado (a la empresa de medicina) cuando ella no estaba", sostuvo la fiscal Laura Zyseskind.

Precisamente, la Fiscalía se basó en la llamada a OSDE que se hizo a las 19.07 aquel 27 de octubre de 2002, en donde además de Carrascosa se escucha en segundo plano a un hombre y a una mujer.

Con la mira en reclamar una pena de prisión efectiva por el delito de encubrimiento agravado para el cuñado, la Fiscalía sostuvo desde las 19.07 Bártoli "intentó ocultar el homicidio".

Pero, además, la Fiscalía apuntó hacia Irene Hurtig, esposa de Bártoli, media hermana de María Marta y no imputada en este juicio, pero para la que llegó a pedirse su detención como sospechosa del homicidio.

Según la acusación, Irene Hurtig estuvo en la casa de Carlos Carrascosa a las 19.16, antes de que llegara la masajista. Para la Fiscalía esto se prueba a través de un llamado que hizo un médico del country, Eduardo Zancolli, a la casa de Carrascosa luego de que la mujer fue a buscarlo a su vivienda y no lo encontró.

La Fiscalía aseguró que la masajista Michelini llegó al country "Carmel" de Pilar a las 18.58, pero recién fue autorizada a ingresar y arribó a la casa a las 19.24.

"Cuando llegó la masajista, después reaparecieron Bártoli e Irene sin vivenciar sorpresa alguna por lo ocurrido. Sin preguntar qué pasó", afirmó la fiscal Zyseskind, durante un extenso alegato asistido por el 'power point' con los oficios, las llamadas y las declaraciones.

El Ministerio Público dio por acreditado que la voz masculina que se escuchaba en segundo plano hablando con una mujer era la de Bártoli, y le adjudicó dos frases claves: "Cerrá la puerta" y "Está muerta".

"Lo dijo Guillermo Bártoli a las 19.07. A partir de ahí quiso ocultar el homicidio. Evidentemente Bártoli tuvo intervención en mover el cuerpo porque Carlos Carrascosa estaba hablando por teléfono. Quería que su voz no se escuchara. Ahí el cuerpo pasó de la zona donde quedó la huella de sangre más grande, entre el bidet y el inodoro, hasta la bañadera", aseveró.

Incluso, la fiscal Zyseskind dijo que a María Marta la cambiaron de ropa dos veces: la que se sabe, que admitieron sus amigas para prepararla en el velatorio, pero también una anterior, antes de que llegara la masajista, para sacarle la ropa de entrecasa que se ponía y que fue hallada ensangrentada por las mucamas.

A las acusaciones contra Bártoli se agregó el hecho de gestionar el certificado de defunción sin que interviniera la policía para hacer creer que María Marta había sufrido un paro cardiorrespiratorio.

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