Todo comenzó la tarde de ayer, alrededor de las 19.30, en la calle Esmeralda al 3800, de Munro, en la zona norte del conurbano, donde Javier Aniceto (36) y Adrián Carlos Pagés (36), iban a bordo de un Renault Kangoo color blanco junto a un tercer hombre y fueron baleados desde un BMW azul.
Según las fuentes, a raíz de los disparos, el conductor del utilitario perdió el control del vehículo y se subió a la vereda donde detuvo la marcha, mientras que el auto del que habían partido los disparos abandonó el lugar.
Ante esa situación, testigos de hecho llamaron a la policía y una ambulancia pero cuando los médicos arribaron al lugar hallaron a Aniceto muerto a balazos dentro del vehículo y a Pagés herido de un tiro en pierna izquierda, al tiempo que quien los acompañaba se encontraba ileso.
Poco después, a unas cuatro cuadras del lugar del tiroteo, en Mitre y Fellú, vecinos alertaron al personal policial que recorría la cuadrícula que en esas calles se encontraba el BMW azul del sindicado agresor.
Los voceros dijeron que los efectivos localizaron el vehículo y aprehendieron al conductor, un hombre de 40 años y dueño de un lavadero de autos de zona al que también le secuestraron una pistola 9 milímetros.
En un primer momento, el sospechoso dijo que él había sido víctima de un intento de robo de parte de los ocupantes de la Kangoo y que se defendió con su arma de fuego.
Sin embargo, los pesquisas obtuvieron otros testimonios, entre ellos los de los hermanos de las dos víctimas baleadas, que apuntaron a que el acusado, al parecer, quiso atacar a Pagés -quien fue asistido de su herida y luego dado de alta- ya que éste había tenido una relación sentimental con su actual mujer, señalaron los voceros.
A partir de los elementos reunidos por los pesquisas, el automovilista quedó imputado del ataque contra Aniceto y Pagés, a disposición de la fiscal Claudia Gambotto, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentraliza 2 de Vicente López Oeste.
En tanto, en la escena del crimen trabajó el personal de la comisaría de Munro y de la Policía Científica que constataron que la Kangoo presentaba impactos de bala en puertas, capó y cristales.