Los jóvenes salientes recibieron de las autoridades diplomas y placas recordatorios de su paso por el legislativo local. Se encontraban presentes el Presidente del HCD, Cjal. Juan Callegher; los ediles Pedro Buonsante y Liliana Liberatore, y el Secretario del cuerpo Adrián Sáez. Por el ejecutivo, el Director de Relaciones Internacionales Dr. Diego Diéguez Ontiveros; y, en representación de la docencia, la Inspectora Jefa Distrital, Silvia Kessler; Cristina Callegher, Consejera Escolar, e inspectoras de las ramas estatal y privada.
Entre la informalidad de la despedida, en la que pasaron desde agradecimientos hasta consejos de los salientes a los nuevos, se destacó el recuerdo del reciente homenaje a los fusilados de la masacre de José L. Suarez, quien Callegher mencionó y pidió no olvidar. Al aludir a este hecho, el Presidente del HCD también resaltó la importancia de la libertad con la que hoy los jóvenes pueden participar y expresarse.
Con respecto a este nuevo Parlamento, lo que más sobresalió fue la grata participación de jóvenes del Colegio Liceo Militar. Dados los reconocidos sucesos de la historia social y política que vivió nuestro país décadas atrás, es de resaltar la vinculación en esta casa por parte de cadetes de nuestro Liceo, hecho que marca que sólo son momentos ingratos de la historia los que desdibujan la imagen de una institución que hoy es un ejemplo.
A su vez, la edil saliente Macarena Comba entregó al Pte. del HCD un presente que perteneciera a su padre: un cuadro original del artista Adrián Giacchetti. Darío Comba, papá de Macarena, trabajó con Giacchetti en el diario Huella y manifestó a los presentes la admiración y el respeto que tenía por él y sus ideales políticos. Así, además recordó la historia de ese cuadro que había sido obsequiado por el artista que da nombre a la Sala de Artes del HCD. Giacchetti se reunió por aquel entonces con un grupo de personas en lo que hoy es la EPSam -la expo pyme sanmartinense- después de haber ido a un encuentro latinoamericano cultural y artístico en Cuba. Como Darío era el más joven, Giacchetti decidió regalarle un grabado de una mascota del equipo de Chacarita.
El tiempo guardó la obra. Hoy, con una familia constituida, la reencontró en una mudanza y consideró que "nunca podría estar en mejores manos que las que estará desde ahora". Por su parte, Callegher, quien se encontraba sumamente agradecido, cedió la obra a la administración del Concejo para que así forme parte de su historia y acompañe la sala bautizada en su honor.
