El equipo de Cascos Blancos que el Ministerio de Relaciones Exteriores envió a la zona de conflicto continúa con su trabajo en la frontera entre Túnez y Libia, prestando asistencia humanitaria en los campamentos de refugiados que Naciones Unidas gestiona en la región.
Por su parte, el titular de Cascos Blancos, Gabriel Fuks, se reunirá el jueves próximo con las autoridades del Acnur para analizar la tarea realizada.
Los responsables de la misión en Libia del organismo para refugiados de la ONU han destacado el trabajo de los organismos humanitarios con los desplazados por el conflicto bélico y, en especial, la labor que Cascos Blancos brinda en la zona de conflicto.
El responsable del Acnur para la crisis Libia indicó que la operación que se está haciendo en los campos se beneficia de la experiencia y el conocimiento técnico que tienen los expertos enviados por Cascos Blancos.
Según las estimaciones de los organismos y agencias internacionales, más de 300.000 personas han abandonado Libia por las fronteras de Túnez y Egipto. Los funcionarios trabajan intensamente para combatir la escasez de alimentos y medicinas, así como también preparan los campamentos para recibir a nuevos desplazados en los campos.
En este sentido, en el campo de Choucha, los voluntarios de Cascos Blancos continúan con las tareas de reorganización mientras se intensifica la preparación del campo Taawon, para la recepción y tránsito de refugiados en la frontera.
El personal humanitario argentino trabajó de manera enérgica en la preparación de los campamentos, en el diseño eléctrico de los campos y la logística de los mismos, así como en las evacuaciones, la protocolorización y la evaluación de daños y análisis de necesidades y sectorización de los terrenos, entre otras tareas, indicó Cancillería.
