Los emblemáticos Messi y Cristiano Ronaldo ya habían dado sobradas muestras de la talla fuera de lo común que los distingue y hasta tuvieron activa participación en las dos conquistas con que concluyó ese parcial.
A los 13 minutos, Messi puso en marcha su típica diagonal de derecha hacia el centro, amontonó adversarios y en el momento justo colocó la pelota al claro para Angel Di María, quien resolvió ante la salida del guardavalla con una estocada cruzada.
Ronaldo dio su infaltable presente en el cotejo de las estrellas y había estampado el 1-1 para Portugal a los 20. El crack del Real Madrid se anticipó al arquero Sergio Romero y consiguió la igualdad. En la acción previa se apreció que la defensa albiceleste pierde demasiado en el juego aéreo.
El 4-3-3 que intentó el seleccionador Sergio Batista dejó en evidencia fallas en el fondo y en la mitad de la cancha, en especial cuando es el oponente el que dispone de la pelota.
En la retaguardia del conjunto de la AFA se observó que el debutante Marcos Rojo perdió con frecuencia ante el desequilibrante Nani.
De todos modos, el promisorio defensor del Spartak de Moscú tuvo dos aciertos importantes. Primero cuando escaló por la izquierda y le dio vida a una acción que finalizó con un remate de Ezequiel Lavezzi por encima del travesaño.
El ex Estudiantes de La Plata también aplicó un cabezazo descendente que salió cerca del poste derecho de la portería lusitana.
En el centro de la última línea la dupla compuesta por Nicolás Burdisso y Gabriel Milito tuvo problemas serios, especialmente cuando los atacaron por arriba.
Por su parte, el experimentado Javier Zanetti no pasó sobresaltos a la hora de proteger su sector, pero tampoco ofreció un canal de salida para el equipo.
El triple cinco que pensó Batista dejó todo el trabajo de ataque librado al talento de Messi y Di María, un socio idóneo para la Pulga.
Eso sí, a Messi se lo vio radiante en la primer mitad del encuentro, por la maniobra del gol y porque cada una de sus intevenciones sirvió para desmantelar a los portugueses, a tal punto que fue destinatario de reiteradas infracciones.
A Messi se lo ve cada vez más seguro de su trascendencia y definitivo a la hora de descompaginar a los oponentes, asistir a compañeros y definir. Hasta con el balón detenido el rosarino genera día tras día mayor preocupación entre los rivales.
Pero cuando el esférico estuvo en poder de los europeos a los argentinos se los vio permeables. Nani fue una pesadilla y Ronaldo, un talento difícil de contener.
En el comienzo del segundo capítulo hubo un cabezazo de Hugo Almeida que dio en el travesaño. A los 11 el mismo delantero falló de un modo insospechado al tirar afuera, cuando estaba bajo el arco. El atacante dispuso de semejante oportunidad porque Ronaldo remató cruzado y Romero alcanzó a tapar, aunque obligado a dar rebote.
El trabajo de los portugueses decayó tras la salida de Ronaldo y Nani, ambas ocurridas a los 15 minutos de la segunda etapa.
En los últimos 25 minutos el conjunto de la AFA se revitalizó con el ingreso del creativo y profundo Javier Pastore, un acompañante muy necesario para Messi.
Otro que ingresó y se metió rápido en el juego fue el Burrito Martínez, quien estuvo en la cancha menos de una decena de minutos, pero se atrevió, capturó un rebote y a él le cometieron el penal.
De poner el 2-1 se ocupó Messi, como para ponerle la firma a la escritura de este partido que sirve de preparación para la Copa América.
