Según el resultado preliminar de las autopsias, Franco Almirón (16) tiene cinco postas de plomo de unos ocho milímetros de diámetro en diferentes partes del cuerpo, mientras que Mauricio Ramos (17) tiene una y ambos casos los forenses estimaron que los disparos fueron hechos "a muy corta distancia", dijeron los voceros.
Pese a que no están realizados los peritajes balísticos y aún no se ordenó ninguna detención, los investigadores están convencidos de que los jóvenes recibieron disparos por parte de los policías que fueron a reprimir el robo de repuestos de autos que llevaban los vagones del tren.
A esta conclusión se llega en base a la declaración de unos 50 testigos que fueron interrogados ayer, entre ellos una mujer que bajo identidad reservada fue quien más datos aportó a la pesquisa sobre el accionar policial.
"La mujer declaró que primero llegaron unos pocos policías que tiraban con postas de goma, pero luego se fueron y cuando regresaron y más o menos iban dos horas de disturbios empezaron a tirar con perdigones de plomo", dijo a Télam uno de los pesquisas.
La testigo agregó que ese momento coincidió con que una banda que maneja el negocio de la droga en la villa empezó a disparar contra los policías, pero todos tenían armas cortas y de hecho, las vainas de los proyectiles fueron encontradas.
La mayoría de los testigos criticó el accionar de la policía porque luego derivó en el crimen de los dos chicos, pero aseguraron que en el momento hubo un "exceso" por parte de la banda que maneja el barrio y por eso se produjo el tiroteo.
Sin embargo, no aportan demasiados datos al respecto porque tienen miedo. "Acá te matan o te queman la casa si hablás", dijeron varios de los vecinos interrogados.
Otro de los datos que se pudo corroborar en base a los testimonios es que los menores asesinados no estaban armados y al momento del descarrilamiento del tren iban a buscar cartones en bicicleta.
En el grupo también estaba Joaquín Romero (19), quien fue baleado en la espalda y permanecía esta noche internado en grave estado.
El hecho ocurrió el jueves pasado, cuando un tren del ex ferrocarril Mitre pasaba a la altura la villa La Cárcova y se descarriló por motivos que aún se investigan, ya que no está claro si fue intencionalmente o por el mal estado de las vías.
En base a la reconstrucción de los hechos que hizo la Justicia, luego del descarrilamiento, jóvenes de la villa La Cárcova abordaron al maquinista, quien detuvo totalmente la formación, y abrieron con fines de robo un contenedor que estaba precintado y contenía repuestos.
Ante esa situación, efectivos policiales intervinieron para evitar el robo de las piezas y se produjo un enfrentamiento en el que hubo golpes, pedradas, palazos y disparos.
Uno de los policías reconoció que disparó escopetazos con perdigones de plomo y al igual que el resto está identificado, pero por ahora ninguno fue demorado y se aguardará a recolectar más pruebas para decidir si se les imputa algún delito.
Respecto del tren, los investigadores señalaron que "hay dudas sobre si fue descarrillado en forma intencional porque no se encontraron elementos como piedras o troncos y el estado de las vías es muy malo, ya que se los rieles están abiertos".
A esto se suma que el maquinista y varias personas que trabajaban en unos talleres de la zona no refieren que se haya cruzado algo sobre las vías por las que iba el tren de 32 vagones, 7 de los cuales se salieron de las vías.
El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, había dicho ayer que el descarrilamiento del tren fue "planificado" y consecuencia del accionar de una "banda organizada".
