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Con la bendición de Grondona, Batista se convirtió en el técnico de la Selección

Con la bendición de Grondona, Batista se convirtió en el técnico de la Selección
Sergio Batista se transformó esta noche formalmente en el seleccionador argentino de fútbol y para hacerlo cumplió con un requisito imprescindible, contar con la bendición del único elector real, el presidente de la AFA, Julio Grondona.
Lo concreto es que Batista, a los 47 años, se convirtió en el sucesor definitivo de Diego Maradona y recibió el timón "por consenso" nada menos que hasta el Mundial de Brasil 2014.

De todos modos, queda claro que el Checho tiene antecedentes importantes, tanto como mediocampista de corte y distribución como en el papel de entrenador, y que esta unción de ninguna manera se produjo exclusivamente como consecuencia del poder indiscutible que ejerce Grondona desde hace 31 años.

En sus tiempos de cabello y barba al mejor estilo Jesucristo, el Checho de La Paternal fue un lujoso volante central de la època dorada de Argentinos Juniors y con esa camiseta para él tan querida fue campeón local, de la Copa Libertadores de América y subcampeón del mundo. Es más, sólo los privó de alcanzar la cima a nivel clubes la poderosa Juventus del cerebral Michel Platini.

Ya en el rol de conductor, llevó a su Argentinos Juniors de regreso a la Primera División, preparó las bases de la escalada para Godoy Cruz hacia la categoría principal y obtuvo la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

También es verdad que en las dos etapas de Batista hubo luces menores, como su tiempo de volante en River Plate y en el fútbol de ascenso. Ya como director técnico le quedó en el legajo el manchón por la imposibilidad de clasificarse para el Mundial Sub 20 de Egipto 2009. En ese episodio, con el agravante de que Argentina es históricamente multicampeón en la especialidad.

Pero, tras la salida volcánica del siempre del siempre eruptivo Maradona, Batista estuvo a mano en la coyuntura y aprovechó al máximo la oportunidad que le dio Grondona en la serie de tres partidos amistosos que por entonces estaban programados, en especial por el 4-1 ante el campeón España en el Monumental.

Para cumplir con nuevas formas de elección, pero siempre con el mismo origen y fondo, Grondona puso esta vez la designación pública en manos del manager Carlos Bilardo y de una Comisión de Selecciones, la que estuvo compuesta con sumo cuidado por dirigentes que ven a Batista con los mejores ojos.

Así se llegó a la reunión del Comité Ejecutivo de la AFA, con todo tan resuelto que lo único que se alcanzó a evitar fue la uninimidad en la votación.
Vélez Sarsfield y Lanús lo único que tuvieron a su alcancé fue preguntar los motivos por lo que se había escogido a Batista sobre otros candidatos potenciales para el puesto.

Seguramente en su intimidad a Bilardo le hubiera gustado ver a su amigo y discípulo Alejandro Sabella con el buzo o la campera de seleccionador, pero al menos tendrá el consuelo de poder hacer aportes al nuevo cuerpo técnico, de ser más utilizado como hombre de consulta.

Sus ex jugadores Batista y José Luis Brown no lo van a menospreciar como sí ocurió con Maradona.

Pero bueno ya todos hicieron su juego y Batista quedó frente a la responsabilidad más grande de su vida ligada al fútbol.

Tal como es habitual, Grondona no escogió al mejor candidato, pero de ninguna manera se debe menoscabar la aptitud y la actitud de Batista.

La selección puso en marcha formalmente un período de equilibrio y la meta en Brasil 2014. El objetivo no es otro que llegar a ser el más grande en el país que habitan unos gigantes del fútbol.

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