La reforma de gabinete se produce en un momento de claro declive del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las encuestas, que dan a la principal fuerza opositora, el Partido Popular (PP), como vencedor en unos eventuales comicios generales.
En ese contexto, Zapatero reconoció que la opinión pública y nuestro electorado venía reclamando una toma de iniciativa, una acción fuerte de ofensiva política y, en mi opinión, este era el momento.
Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, afirmó que España no necesita en estos momentos un cambio en el gobierno sino un cambio de gobierno previo paso por las urnas.
La remodelación del Ejecutivo tomó por sorpresa a España, ya que Zapatero había descartado recientemente la posibilidad de emprender una reforma de gran calado y sólo contemplaba un relevo del Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, tras la huelga general del pasado 29 de septiembre.
Con una desocupación que llega al 20 por ciento y un abultado déficit que en 2009 cerró en el 11,4 por ciento, el líder socialista emprendió un camino de reformas estructurales consiguió aprobar una polémica reforma laboral- y ajustes con los que pretende sacar al país de la crisis económica.
El último gran paso fue la elaboración de los presupuestos para 2011, que recortan notablemente el gasto público.
Los presupuestos pasaron hoy su primer trámite en el Congreso, donde su aprobación está garantizada gracias a un acuerdo de los socialista con nacionalista vascos y canarios.
Aprobadas las duras medidas de recorte de gasto, que supusieron un gran esfuerzo para el Ejecutivo, España dejó atrás la incertidumbre financiera, así como presupuestaria y en cuanto a estabilidad política, sostuvo Zapatero en conferencia de prensa en el Palacio de La Moncloa.
Hace falta un gobierno renovado y políticamente reforzado, subrayó el jefe del Ejecutivo, quien garantizó que el nuevo gabinete será el encargado de las reformas, la recuperación definitiva de la economía y el empleo.
La llegada de Rubalcaba a la vicepresidencia es un giro que refuerza el cargo más desgastado del Ejecutivo y supone, asimismo, una señal de cara a la sucesión de Zapatero si decide no presentarse en las elecciones generales de 2012, según analistas.
Rubalcaba es un magnífico ministro de Interior y me parecía conveniente que mantuviera esa cartera por los éxitos y por el momento tan decisivo que tenemos para avanzar hacia el final de la banda terrorista ETA, dijo Zapatero al explicar su decisión.
Tiene unas cualidades muy notables para la acción política, la explicación y la coordinación de la acción del gobierno, añadió sobre su nuevo número dos, que tendrá la difícil tarea de remediar los problemas de comunicación que tuvo el Ejecutivo a la hora de explicar sus políticas para salir de la crisis.
Otro de los grandes cambios es la salida del Ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, quien es reemplazado por Trinidad Jiménez, actual ministra de Sanidad.
Por su parte, Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE, asume la gestión de Sanidad, Política Social e Igualdad, ministerio éste último que desaparece, lo mismo que la cartera de Vivienda.
El nuevo ministro de Trabajo será Valeriano Gómez, actual miembro del Consejo Económico y Social y un histórico del sindicato UGT, quien sustituirá a Corbacho, la única salida que estaba prevista tras la aprobación de la polémica reforma laboral que abarata y facilita el despido.
En total, salen seis ministros y entran cuatro, y se reducen de 17 a 15 los ministerios, una decisión de austeridad con la que Zapatero responde a una petición realizada por el Congreso.
Continúa en el Ejecutivo la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, encargada de ejecutar las impopulares medidas de ajuste y recortes sociales aprobadas por el gobierno socialista.
Además, con la entrada de Valeriano Gómez, quien tiene buenas relaciones con los sindicatos y Rosa Aguilar, Zapatero hace un guiño al ala izquierda de su partido y parlamentaria que está disconforme con su política económica, de acuerdo a analistas.
Nuestro proyecto político es socialdemócrata, progresista, y representamos a la gran mayoría de los votantes de centro izquierda y queremos seguir representándoles, remarcó el presidente del gobierno.
