Los ladrones redujeron a punta de pistola a los repartidores de queso, que viajaban en una camioneta marca Dodge con su caja cargada de ese alimento, pero efectivos policiales vieron la maniobra y persiguieron al vehículo.
A la altura de la avenida Eva Perón y Corvalán, los policías consiguieron interceptar al transporte de carga y los jóvenes que lo conducían se entregaron.
Al abrir la caja posterior de la camioneta aparecieron sanos y salvos el conductor y su acompañante, que habían sido encerrados allí por los asaltantes.