Las críticas fueron lanzadas por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, mientras el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, reclamó que "el Poder Judicial acompañe con la mayor rigurosidad", pero se mostró más prudente con los jueces y admitió que en su distrito en materia de seguridad "hay una asignatura pendiente".
En tanto, el diputado peronista opositor Francisco de Narváez reclamó al Gobierno nacional que "convoque al Consejo Nacional de Seguridad y se declare la emergencia" por el auge del delito, porque "está la vida en juego como prioridad", al considerar que "hay que actuar" y "no seguir mirando o discutiendo". Y aseguró que "las leyes que tenemos" hay que "cumplirlas y mejorarlas".
Los cuestionamientos de Fernández y Randazzo surgen un día después de que la presidenta Cristina Fernández advirtió que "si se cumplieran las leyes que están vigentes y los Códigos Penal y de Procedimientos, bastaría para tener una sociedad más segura". Y que su esposo y predecesor, Néstor Kirchner, advirtió que "no hay sociedad que pueda subsistir a una justicia permeable que al que delinque lo devuelve a la calle".
Aníbal Fernández aseguró que la Policía Federal está en una "situación óptima en cuanto a las condiciones para prevenir el delito", apenas un día después de una seguidilla de hechos en el barrio porteño de Palermo, como una toma de rehenes de 10 horas, una salidera bancaria y el robo de autos de alta gama.
El funcionario y dirigente futbolístico defendió la política oficial contra la inseguridad y dijo estar "preocupado" por el hecho de que se "sobredimensione una situación que le haga tener a la sociedad una preocupación mayor".
"Volvimos a una situación óptima en cuanto a las condiciones para prevenir el delito", dijo al Canal 26, tras enumerar medidas para dotar de recursos a la Policía Federal, como la "compra de armamento, chalecos antibalas y móviles".
"Nos proponemos hacer crecer una fuerza que prácticamente había sido diezmada. Estaban cerradas las incorporaciones hace años y la hemos puesto al máximo nivel y recuperamos la misma cantidad de personal que hace 20 años", abundó.
Sin embargo, Fernández admitió que "decir" que el problema de la inseguridad "está resuelto, sería una estupidez".
Tras resaltar que en la Capital Federal la tasa de homicidios es de 3,9 cada 100.000 habitantes por año, apuntó a los jueces "permisivos" y la prensa que a su entender magnifica delitos.
De las excarcelaciones dijo que "a veces es un problema" de leyes y jueces, porque "si los jueces interpretan las cosas de una manera y allanan el camino de quien delinque y con rapidez recuperan la libertad, no habiendo un horizonte que solucione la problemática (el excarcelado) volverá a delinquir".
"Si hay jueces que son permisivos, nosotros debiéramos ajustar las clavijas para no darle la oportunidad de que tenga esa posibilidad de salir con tanta facilidad. Es un tema legislativo y las dos cosas hay que trabajarlas. Venimos corrigiendo y mejorando muchas acciones que nos permitan contener ese marco de los que delinquen", abundó.
El combate al delito "es una tarea cotidiana", dijo el ministro coordinador y vicepresidente de Quilmes, pero, según afirmó, "si se ponen cinco hechos truculentos en la televisión no tenemos más remedio que ver" eso, "una multiplicación exacerbada de un hecho".
"No vivo de la sensación (de inseguridad) y trabajo todos los días. Cuando se está al frente de la fuerza, como cuando era ministro de (Justicia y Seguridad), se está al pie del cañón todos los días ofreciendo elementos para que (los efectivos) se preparen para la prevención del delito. Es mucho lo que se está haciendo", insistió.
Y Randazzo dijo que los jueces "muchas veces deberían aplicar mucho mejor la ley para que aquellos que delinquen, que son un peligro para la sociedad, estén entre rejas".
"Primero hay que trabajar en el mejoramiento de las fuerzas policiales, incorporando tecnología, conocimiento, capacitación, y por otro lado, el servicio penitenciario", dijo.
"Pero fundamentalmente, en la aplicación de la ley, ni mano dura ni mano blanda (...); en este caso estamos muy preocupados
